Las pastelerías pertenecientes al Gremio de Pastelería de Bizkaia son un escaparate de tentaciones durante todo el año, pero además, llegadas estas fechas, ponen a la venta creaciones dulces especiales para la ocasión, como es el caso de los huesos de santo.

Elaborados de mazapán, a base de azúcar, almendra y huevo, de color blanco –aunque hoy en día hay diversas variedades– y forma cilíndrica, originalmente van rellenos de dulce de yema y emulan a una tibia. Son típicos tanto del Día de Todos los Santos (1 de noviembre) como del Día de Difuntos (2 de noviembre), a los que se honra con estas delicias para el paladar.

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Buñuelos de viento

La dulcería de estas fiestas apunta también a los buñuelos de viento, pestiños y otras delicias fritas, sin olvidar los panellets de almendra o piñones, ideales para degustar con castañas y vino moscatel.