El Arenas Club ha confirmado durante la mañana de este jueves que José Ángel Ortega, Kali, el utillero del club que sufrió un grave accidente en la noche del pasado domingo, ha fallecido. El terrible suceso se produjo horas después de que el equipo de fútbol getxotarra celebrara su histórico ascenso a Primera Federación.

El trabajador llevaba tres décadas ligado al club dirigido por Ibai Gómez, por lo que la entidad presidida por Gorka Zurinaga se ha mostrado muy afectada y ha publicado un emotivo comunicado para compartir la noticia de su fallecimiento y despedirle como se merece.

"Kali no era un empleado, era familia. Sus manos cuidaron cada detalle, su sonrisa iluminó el vestuario", afirma el club getxotarra en su mensaje. Además, recalca el "respeto que cosechó en generaciones de jugadores, técnicos y aficionados".

Para el equipo, su reciente éxito deportivo sirve como un recuerdo feliz ante la gran pérdida que ha asolado el vestuario. "Su último día entre nosotros estuvo marcado por la alegría más pura, celebrando junto a la familia arenera el título de Campeones de Liga", señala, lo que supuso para él "un broche de oro" a más de tres décadas de entrega y sacrificio por el club.

Comunicado íntegro

Con profundo dolor y el corazón encogido, el ARENAS CLUB lamenta el fallecimiento de nuestro querido Kali, tras una vida dedicada en cuerpo y alma a esta institución.

Kali no era un empleado, era familia. Durante más de 30 años, vistió nuestros colores con una entrega incomparable, siendo testigo silencioso de triunfos, derrotas y momentos históricos. Sus manos cuidaron cada detalle, su sonrisa iluminó vestuarios, y su compromiso trascendió lo profesional para convertirse en un pilar humano de este club.

Era el primero en llegar y el último en irse. Para él, el ARENAS CLUB no era un trabajo: era su hogar, su pasión y su otra familia. Su legado no se mide en trofeos, sino en el respeto que cosechó de generaciones de jugadores, técnicos y aficionados que encontraron en él un amigo leal y un ejemplo de humildad.

Hoy recordamos que su último día entre nosotros estuvo marcado por la alegría más pura: celebró, junto a toda la familia arenera, el título de Campeones de Liga que devolvió a su amado equipo a lo más alto. Su Arenas, nuevamente campeón. Kali, con esa sonrisa franca que tanto le definía, vivió ese triunfo como un sueño cumplido. Un broche de oro a más de tres décadas de entrega absoluta.

Hoy, el club entero llora su perdida, pero también celebra la vida de un hombre extraordinario que nos enseñó que el verdadero valor del fútbol está en las personas.

Nuestro más sentido pésame a su familia, amigos y a todos los que, como nosotros, tuvieron el privilegio de compartir camino con él. Descansa en paz, Kali. Eternamente, uno de los nuestros.

Por último, desde el Arenas Club envían un sentido pésame a su familia y amigos, así como a todos los que tuvieron el privilegio de conocerle.