El Amorebieta agoniza en el grupo I de Primera RFEF, apenas le queda un hilo de vida en la categoría y solo un milagro a falta de seis jornadas para el cierre de la liga evitaría un segundo descenso consecutivo de la entidad zornotzarra, que no ha sabido encontrar soluciones para enmendar una situación que nació prácticamente torcida desde que arrancara el curso. El conjunto azul encajó el pasado sábado en Lezama una nueva derrota en el derbi frente a un Bilbao Athletic que jugó prácticamente con diez jugadores durante 50 minutos por la expulsión de Asier Hierro, una superioridad numérica que desaprovechó el colectivo de Natxo González, que retrató una vez más porqué es el único equipo de los 40 que forman la categoría que no ha sido capaz de vencer como visitante. El resto de resultados, además, no fueron amables para sus intereses, ya que tanto Osasuna Promesas como el Real Unión, dos de sus rivales directos, firmaron sendos triunfos, con los que se distancian en la tabla y deja la salvación para los vizcainos a once puntos cuando únicamente restan 18 por disputar, por lo que solo les queda apelar a la heroica, es decir a hacer prácticamente pleno en este esprint liguero, para evitar la frustración de descender a Segunda RFEF en plena celebración del centenario del club.

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En imágenes: El Bilbao Athletic se lleva un reñido derbi que se queda en Lezama Jose Mari Martínez

Los números no engañan. El Amorebieta ha entrado en una bucle autodestructiva en el momento decisivo en que le tocaba sacar resultados para salir del agujero y no ha sido así. Se ha producido el efecto contrario, ya que el conjunto azul se ha metido en una dinámica desoladora desde que derrotara en Urritxe al Real Unión. Desde entonces solo ha sumado tres puntos en las seis jornadas precedentes, fruto de tres empates –todos ellos por el mismo resultado (1-1) ante Andorra, Osasuna Promesas y Gimnástica Segoviana– y de las mismas derrotas –Unionistas (1-0), Real Sociedad B (0-1) y Bilbao Athletic (2-1)–, que le han penalizado de forma cruel. Ya sea por hache o por be, los de Natxo González se han topado con su propia ineficacia de cara a la meta rival y se han condenado a base de errores evitables en el matiz defensivo, lo que genera una evidente desazón en clave interna, donde ya solo se piensa en amortiguar de la mejor manera posible el impacto de un nuevo descenso cuando hace muy bien poco el equipo competía en el fútbol profesional.

Un Amorebieta que se tira de los pelos al analizar los motivos de esta racha de seis partidos consecutivos sin vencer y que su técnico los detecta en las debilidades que ha asomado en detalles determinantes en cada partido, como ocurrió en el derbi de Lezama frente al filial rojiblanco. “Estoy contento con el juego, porque en ningún momento hemos sido inferiores, incluso superiores en muchos momentos. Pero estoy muy enfadado, porque la única manera que ha tenido el Bilbao Athletic de hacernos gol ha sido a balón parado. Me duele mucho que hagas un buen trabajo y que en un córner nuevamente vuelvas a encajar, y luego de penalti, que no podemos controlar. Un buen partido para merecer más, pero que de nuevo no lo hemos conseguido”, se lamentó el técnico de los azules, que puso el acento en los debes de su equipo, quien, en su opinión, “está haciendo las cosas muy bien”, pero, agregó, “somos frágiles y una vez más no estamos aprendiendo de los errores que estamos cometiendo”. La realidad es la que es y el propio Natxo González la asume, aunque se resiste a tirar la toalla mientras haya alguna opción, por mínima que esta sea, unas constantes vitales que mantendrán si el domingo el Amorebieta es capaz de superar en Urritxe al Zamora, que aspira a colarse en la zona de play-off de ascenso. l