Después del cruce de comunicados y reproches del Padura y del Deusto tras los incidentes en la grada de Santo Cristo al término del partido del pasado viernes, que acabó con un aficionado del equipo local agredido por seguidores tomateros, calificados por la entidad de Arrigorriaga como "ultras", llega el capítulo de sanciones. El Comité de Competición de la Federación Vasca de Fútbol no castiga lo sucedido entre el público.

El juez disciplinario del grupo IV de Tercera RFEF solo obliga al Deusto a pagar los desperfectos que se produjeron en el banquillo visitante de Santo Cristo. Un partido que terminó 1-1 pero que fue noticia por el incidente en la grada. El Padura acusó a los "ultras" del Deusto de mandar al hospital a su aficionado, un sujeto que, según la entidad bilbaina, estuvo provocando e insultando durante todo el encuentro a jugadores y público visitante.

El Padura, al igual que el Deusto, condenó lo sucedido, instó a tomar medidas y denunció que los supuestos radicales eran reincidentes, sugiriendo que el equipo tomatero tenía que tomar medidas. Un extremo que provocó las críticas de los bilbainos. “El acto violento no tiene justificación. No nos gusta y rechazamos la agresión sufrida por un seguidor del Padura. Esperemos que quede claro, pero igual de claro queremos manifestar y aunque duela decirlo y no suene nada bien, en este caso no vamos a consentir que echándole toda la mierda al contrario parezca que tiene más mierda que tú, no funciona esto así, Padura, sigues teniendo la misma mierda”, contestó el Deusto.

Incidentes en La Florida

El Portugalete, por otra parte, ha sido multado con 150 euros por los insultos que algunos seguidores jarrilleros realizaron al equipo arbitral en el encuentro del pasado viernes ante el Lagun Onak (1-1).

A cinco minutos del final, uno de los jueces de línea, el cercano a la nueva grada local, denunció haber sido increpado por parte de los aficionados, por lo que el árbitro detuvo el partido durante quince minutos hasta expulsar a los señalados. Entonces, varios aficionados de La Florida se sumaron al castigo y solidariamente decidieron marcharse también del campo. 

Además, cuando parecía que el encuentro podía terminarse, el mismo linier sintió problemas musculares en su pierna derecha, por lo que el partido acabó con un línea y el árbitro haciendo a la vez de colegiado y auxiliar.