Atalanta 3

Bayer Leverkusen 0

ATALANTA: Musso; Zappacosta (Hateboer, Min. 84), Djimsiti, Hien, Kolasinac (Scalvini, Min. 46), Ruggeri (Tolói, Min. 90+1); Koopmeiners, Ederson; De Ketelaere (Pasalic, Min. 57), Lookman y Scamacca (El Bilal, Min. 84).

BAYER LEVERKUSEN: Kovar; Stanisic (Boniface, Min. 46), Tah, Tapsoba, Hincapié; Frimpong (Tella, Min. 81), Xhaka, Palacios (Andrich, Min. 68), Grimaldo (Hlozec, Min. 68); Wirtz (Schick, Min. 81) y Adli.

Goles: 1-0, Min. 12:Lookman; 2-0, Min. 26: Lookman; 3-0, Min. 75: Lookman

Árbitro: István Kovács (RUM). Amonestó con tarjeta amarilla a Djimsiti (Min. 22), Scamacca (Min. 35), Zappacosta (Min. 60) y Koopmeiners (Min. 70) por parte del Atalanta, y a Wirtz (Min. 35), Tapsoba (Min. 67) y Andrich (Min. 73) en el Bayer Leverkusen.

Incidencias: Aviva Stadium de Dublín, 47.135 espectadores.

El Atalanta se proclamó ayer miércoles campeón de Liga Europa en una noche mágica, en la primera final europea de su historia, destrozando en Dublín a un histórico Bayer Leverkusen (3-0) y con el nigeriano Ademola Lookman como héroe absoluto, autor de un hat-trick espectacular con el que glorificó a la diosa griega encarnada en un pequeño equipo de fútbol.

Eran 51 partidos seguidos los que el Leverkusen llevaba sin perder. Era una sensación de superioridad absoluta la que emanaba el equipo de Xabi Alonso durante toda la temporada. Era un triplete histórico el que oteaba el combinado de las aspirinas, que portó el cartel de favorito en Dublín de manera merecida por su inolvidable año, en el que ganó una Bundesliga –la primera de su historia– para el recuerdo.

Pero el Atalanta, un equipo de la pequeña localidad de Bérgamo, situada a apenas 60 kilómetros de Milán, en el norte de Italia, se convirtió en aquella pequeña aldea gala irreducible de Astérix y Obélix, encarnados en Gasperini y Lookman, que quiso ser una excepción para escribir su propia historia. Porque llegó a su primera final europea y la ganó. Y lo hizo con toda la determinación posible y con un héroe absoluto, un Lookman que pasará a la posteridad con una final de ensueño que culminó una campaña igualmente dorada y que regaló a la ciudad de Bérgamo un título inolvidable. La goleada de Anfield, el paseo ante el invicto Leverkusen, el premio a la Era Gasperini, que impuso su plan al del técnico tolosarra. Este Atalanta es un pedazo de historia.

Fue un torbellino en la primera mitad. Los de Gasperini lograron desdibujar a un Leverkusen que, perdido, superado en los costados, incapaz de superar la presión alta de los de Bérgamo, sucumbió sin paliativos. En la segunda parte, los de Xabi Alonso fueron incapaces de proponer alternativa alguna al juego italiano.