ANDORRA:  Ratti; Iker Benito, Pastor, Adri, Marsà (Min. 86, Calvo), Pampín, Jandro, Bover (Min. 80, Martín), Iván Gil (Min. 86, Lobete), Pombo (Min. 71, Karrikaburu) y Scheidler.

AMOREBIETA: Magunagoitia; Núñez, Bustinza, Etxeita (Min. 75, Mier), Félix, Lasure, Sibo, Carbonell (Min. 75, Yriarte), Dorrio, Morcillo (Min. 91, Edwards) y Unzueta (Min. 69, Jauregi).

Gol: 0-1: Min. 89; Bustinza.

Árbitro: Galech Apezteguia (Comité navarro). Amonestó en el Andorra a Jandro (Min. 74), Marsà (Min. 82), Adriá (Min. 86) y al técnico Eder Sarabia (Min. 37). Por parte del Amorebieta fueron amonestados Bustinza (Min. 34) y Lasure (Min. 61).

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo primera jornada de LaLiga Hypermotion disputado en el Estadi Nacional ante 2.034 espectadores.

El Amorebieta, victorioso en su trascendental visita al Andorra gracias a un gol de Unai Bustinza en el minuto 89, cree más que nunca en la permanencia. El objetivo de mantener la categoría deja de ser una quimera para un equipo que está muy vivo. Su genética competitiva, a pesar de las dificultades experimentadas durante toda la temporada, cambio de entrenador incluido, le impide tirar la toalla antes de tiempo. Necesitaban los azules ganar a domicilio en un partido de vital importancia contra el penúltimo clasificado y lo hicieron en un encuentro en el que realizaron un ejercicio de resistencia titánica para cantar bingo sobre la bocina. Adjudicado el triunfo con la inevitable dosis de suspense debido a la revisión del VAR en un tanto en el que Bustinza evitó el fuera de juego por milímetros, el Amorebieta se sitúa a solo cuatro puntos de los puestos de salvación tras asomar a diez hace un mes.

La situación, sin ser todavía nada cómoda al mantenerse como colista de la Liga Hypermotion, pasa a adquirir otro tono para un equipo que tiene once finales por delante. La de anoche, ante un Andorra que le sometió durante 80 largos minutos en los que el conjunto vizcaino tuvo que defenderse con uñas y dientes, la sacó adelante gracias a un extraordinario escorzo de Bustinza para embocar un balón muerto tras toque de Felix en una falta lejana botada por Morcillo. El central, que firmó su primer gol con el Amorebieta, rubricó así una sobresaliente actuación a título individual. Se hartó a despejar balones el bilbaino en un partido en el que el regreso de Magunagoitia a la portería doce jornadas después por el ausente Campos, concentrado con la selección española sub’21, y la apuesta por Carbonell en detrimento de Morán en el centro del campo fueron las dos novedades que introdujo en el once inicial Jandro Castro.

Entraron bien al partido los azules, pero el sufrimiento se convirtió en una constante con el paso de los minutos. El Andorra, que puso toda la carne en el asador en busca de una victoria que le hubiera sacado de los puestos de descenso, tuvo tres claras ocasiones de gol para adelantarse en el marcador en una primera mitad en la que disparó hasta en diez ocasiones. El Amorebieta, siempre por detrás del balón y con los cinco sentidos puestos en la defensa de su área, disparó por primera vez a portería en el minuto 44 por mediación de Dorrio. Sin apenas presencia en campo rival, el plan del técnico azul pasaba por aprovechar la oportunidad que se presentara. Y se presentó.

Paso al frente

La tuvo primero el propio Dorrio tras la reanudación en una galopada que le dejó prácticamente solo delante del portero, pero que no supo concretar al intentar un pase de la muerte que desbarató el central local Adria. Pudieron marcar también Morcillo y el propio Bustinza en dos acciones que no supo resolver ninguno de los dos. El destino, sin embargo, quiso que fuera el central, cuando el partido agonizaba y con un Andorra que acusaba ya el desgaste físico, quien resolviera el partido para multiplicar las opciones de salvación del Amorebieta, que perdió a Etxeita por problemas musculares en el minuto 76.

Supo dar un paso al frente el cuadro vizcaino cuando el partido lo demandó y la alegría no pudo ser mayor al término del envite, en el que los locales pidieron al final un penalti por manos de Bustinza, goleador improvisado para alimentar la esperanza del Amorebieta.