El Amorebieta completó ayer su segunda y última sesión preparatoria para el partido de hoy en el José Zorrilla (16.15 horas) con el sabor aún agradable de la Copa en su paladar, ya que asume que la victoria del miércoles en el Ciutat de València le fortalece de cara a su regreso a la liga, donde se juega las habas. No en vano, el conjunto azul, que espera a un Primera para volver a jugar en Urritxe en la tercera ronda de la torneo del K.O., dio un paso adelante frente al Levante que le debe servir de referencia para su visita al Valladolid, uno de los aspirantes al ascenso a la máxima categoría, en su deseo de firmar por fin la primera victoria como visitante en la competición liguera y de paso aliviar su delicada situación clasificatoria, ya que la permanencia dista a seis puntos y que marca el Villarreal B. El colectivo de Haritz Mujika, que encadena dos derrotas consecutivas y sin ver puerta en esos últimos 180 minutos, necesita sacar su mejor versión para tener opciones de batir a un rival que, por el contrario, está un poco tocado por su eliminación en la Copa a manos del Espanyol y por su derrota en la jornada anterior frente al Levante.

Mujika, que cuenta con las bajas por lesión del central Xabi Etxeita y del portero Unai Mario, y sus pupilos quieren, por tanto, subirse a la buena ola de la Copa, pero siempre desde la realidad de que requieren mejorar radicalmente sus números lejos de Lezama, ya que son el peor equipo como visitante tanto en la suma de puntos, solo dos de 27 posibles, como en la faceta defensiva, con 21 tantos encajados. Una estadística que el Amorebieta, que también es junto al Andorra el conjunto que menos goles hace en sus desplazamientos (6), debe voltear para hacer factible el objetivo de la supervivencia en una categoría sumamente exigente. El técnico azul, no obstante, cree que ese primer triunfo foráneo está cada vez más cerca y que puede llegar al décimo intento vista la solvencia de su equipo el miércoles con su éxito sobre el Levante. “Nos fortalece, porque el equipo demostró que es capaz de competir, de ganar fuera de casa, que no lo hemos hecho en liga, haciendo un gran partido, tanto en la primera parte como en la segunda. Con balón estuvo el equipo muy bien y ese es el camino”, explicó el pasaitarra, que no dio pistas respecto al once, que se intuye opuesto al que ejerció en Valencia, pero que sí mostró su confianza en toda la plantilla: “No tengo ninguna duda de que el que salga va a competir, es lo mejor que puede pasar para un entrenador”.

El Amorebieta se pone a prueba ante un Valladolid proyectado para volver a Primera División y que ocupa la tercera plaza, a cuatro puntos de distancia del Leganés, el líder. El colectivo de Paulo Pezzolano es uno de los equipos más poderosos como local, un dato del que está avisado el conjunto zornotzarra, según matizó Mujika, que destacó esa genética de los blanquivioletas. “El Valladolid tiene grandes jugadores, de mucho banquillo, es muy fuerte en su casa con jugadores arriba que son desequilibrante. Pero nosotros también somos capaces de trabajar bien, de defender ante rivales duros y ante el Levante demostramos tener capacidad para hacer daño. Tenemos que salir bien en contragolpe y tener paciencia en los metros finales para elegir bien, sé que podemos sacarlo adelante y tengo la convención de que puede ser un gran partido”, añadió el preparador del Amorebieta, que mantiene la incógnita de si mantendrá en la idea de jugar sin un nueve, en la que ha insistido en los encuentros precedentes, o si en cambio apostará por un ariete específico como lo hiciera en Valencia con Eneko Jauregi.

El Valladolid, por su parte, cuenta con la sensible baja en ataque de Mamadou Sylla por lesión y a la que se suma la de Iván Sánchez por lesión, por lo que Pezzolano deberá retocará su plan en nombres, porque se espera que repita con dos hombres en punta.