La etapa de Marcelino García Toral en el banquillo del Olympique de Marsella apunta a que será efímera. El técnico asturiano, tal y como ha comunicado a sus jugadores, tiene intención de dejar el club después de los acontecimientos sucedidos en las últimas horas, según ha podido confirmar este periódico. El presidente de la entidad y valedor de Marcelino, Pablo Longoria, recibió amenazas por parte de los ultras marselleses, que vienen solicitando su dimisión. La decisión de Marcelino se vio precipitada por una reunión mantenida el lunes entre la Junta Directiva y un sector de radicales en la que estos solicitaron la renuncia del cargo del máximo dirigente, argumentando que la manera de dirigir a la entidad está haciendo perder la identidad al club. Además, critican la salida de jugadores que consideraban importantes para tratar de alcanzar éxitos deportivos. Ante este clima de violencia, el exentrenador del Athletic mostró su intención de abandonar el equipo, con mayor motivo además si Longoria deja su puesto en la presidencia, lo cual puede suceder en las próximas horas. Es una opción que baraja.

El duro revés sufrido con la eliminación del equipo en la ronda previa a la fase de grupos de la Champions League, disputada contra el Panathinaikos griego, sigue latente entre la afición, pese a que el equipo marsellés ocupa la cuarta posición en la clasificación de la Ligue 1 y todavía no conoce la derrota después de haber firmados dos victorias y tres empates en las cinco jornadas celebradas, resultados que le mantienen a dos puntos del líder, el Mónaco, y con uno más que el campeón, el Paris Saint-Germain.

El jueves el Marsella tiene programado jugar contra el Ajax en un partido que será el estreno del conjunto francés en la Europa League. Se desconoce si Marcelino llegará a dirigir al equipo galo en este encuentro o si adelantará su marcha.

Este no es el primer episodio que sufre el club marsellés con sus ultras. Durante la etapa del técnico André Vilas-Boas en el banquillo, los radicales invadieron a la fuerza un entrenamiento en señal de protesta y atacaron a las instalaciones del club. El defensa Álvaro González también fue objeto de una agresión mientras vestía la camiseta del conjunto francés. Asimismo, en 2016 Bilbao pudo comprobar la violencia de estos fanáticos, que protagonizaron una batalla campal por las calles de la ciudad.