¿Cómo valora la victoriosa pretemporada del equipo?

—Respecto a los resultados, yo creo que en pretemporada no hay que darles mayor importancia aunque siempre está bien ganar, pero por lo que más contento estoy es de la calidad que hemos logrado en el trabajo del día a día y por la competitividad interna que hay dentro de esta plantilla.

Una plantilla con diez caras nuevas, ¿cómo se adapta un entrenador a tanta novedad?

—Sí, es cierto que hay muchos cambios todos los años. Esta temporada siguen doce de la anterior, pero el año pasado solo permanecieron seis jugadores, con lo que las ideas y el grupo eran nuevos para casi todos. Ahora todo es más fácil, por un lado doce jugadores que saben lo que queremos y cómo trabajamos y que además ayudan a que los nuevos asimilen los conceptos y, por otro lado, he trabajado en distintas etapas con la mayoría de los nuevos, con lo que ya nos conocemos y se facilita mucho el proceso.

¿Qué le parece el plantel que han formado?

—Es un equipo con una competitividad muy grande, como decía antes. No teníamos ningún sub’23, salvo Buján, y hemos incorporado nuevos que han apostado por venir aquí y que aportan mucha calidad al vestuario. Por otro lado, completar los huecos que quedan una vez que mantenemos a doce jugadores del año pasado, en el que tuvimos una gran plantilla, con nuevos jugadores de garantías, con experiencia en estas categorías que aportaran esa competencia y, sobre todo, compromiso con lo que queremos conseguir.

¿En qué se va a diferenciar este Barakaldo del de la pasada temporada?

—La idea de lo que queremos conseguir va a ser la misma. La manera de ser que teníamos en el campo, de ir siempre hacia delante y de ser un equipo dinámico con mucho ritmo va a permanecer. La diferencia va a estar en la categoría nueva, en el grupo nuevo, que suponen un paso más, mayor competencia, y en que habrá muchas más dificultades cada fin de semana. Pero en esencia, lo que queremos conseguir es que se parezca a lo que se vio el año pasado.

Y ¿qué le parece el nuevo grupo y la nueva categoría?

—Creo que las categorías, después de la reestructuración, van llevando poco a poco a cada uno a su sitio y que este año el grupo es mucho más exigente de lo que lo fue el año pasado. Hay tres equipos descendidos de la Primera RFEF, el Logroñés que hace tres temporadas jugaba en Segunda, otros que han conseguido ascensos, sin olvidarnos del Alavés B, que se quedó a las puertas del ascenso y que prácticamente no ha cambiado nada, y de los demás filiales. Y además con equipos históricos como el Gernika, el Arenas, el Tudelano...

¿Qué es lo que más le preocupa o lo que más miedo le da ahora mismo?

—En la vida del entrenador a uno no le preocupan, sino que le ocupan muchos asuntos. Hay que estar continuamente tomando decisiones. Pero creo que lo que más puede quitar el sueño a un entrenador es la idea de no lograr el nivel de exigencia y compromiso que quiere lograr de un vestuario. Aparte de eso, me ocupo de todo aquello que pueda ayudar a los jugadores y no de preocuparme, porque eso no ayuda a ninguno.

Hablemos de objetivos. ¿Dónde podremos ver situado al Barakaldo?

—Esperemos verlo arriba y peleando por dar un paso más. Otro mensaje no puede darse en un club como el Barakaldo. En esta vida hay que ilusionarse y soñar, y por nosotros no va a quedar.

Antes de comenzar la entrevista me comentaba las ventajas y facilidades trabajando con los nuevos gestores, pero, al mismo tiempo, ¿hay más presión por lograr objetivos desde que el club es una SAD?

—Yo subrayaría la ilusión que tiene el club por seguir creciendo, que supongo que la sentirán los nuevos dirigentes, ya que si no la tuvieran no se habrían metido en esto. Ellos ponen todo para facilitarnos las cosas y luego está en nosotros entrenar lo mejor posible y competir a tope.