LA fiesta comenzó la noche del sábado en el Ayuntamiento y terminó ya de día. La ocasión lo merecía, porque un ascenso a LaLiga SmartBank no se celebra todos los años. El conjunto azul hizo historia con su regreso a Segunda División una temporada después y lo hizo gracias a un proyecto que ha liderado el director deportivo de la entidad zornotzarra. Asier Goiria (Amorebieta-Etxano, 19 de septiembre de 1980) es un hombre feliz, es del pueblo, ha jugado en el equipo de su pueblo durante dos etapas, encadena seis cursos al frente de su dirección deportiva… Un acervo, una pertenencia, que acentúa el sentimiento azul de Goiria, que el día después celebró el ascenso con su familia y con unos amigos pese a que acusaba los excesos de una jarana “bien merecida”. Pasados los festejos, toca analizar las claves de un ascenso que el director deportivo del Amorebieta lo justifica en “diferentes motivos, resumidos en que se han hecho bien muchas cosas en una competición nueva y desconocida para nosotros, empezando por el club, siguiendo por el grupo técnico y luego por la organización deportiva. No fue bueno el arranque, pero pudimos encajar un poco las piezas y todo ha ido todo rodado”.

37

En imágenes: el Amorebieta vuelve a Segunda un año después Pablo Viñas

Un buen camino que brotó tras tocar fondo en la séptima jornada, cuando el Amorebieta llegó a ser el colista. Ver para creer. Entonces, la Junta Directiva y la dirección deportiva mantuvieron su confianza en el míster, del que valoraban su trabajo y convencidos de que los resultados llegarían. “No se traducía en puntos lo que se veía en el campo. Al final, el fútbol es eso, ganar puntos y ganar partidos. Confiábamos en que el equipo sería capaz de ir subiendo pese a habernos metido ahí atrás. Estamos totalmente agradecidos a Haritz por todo el trabajo que ha hecho. Ha sido una pasada tal y como cogió el equipo el año pasado”, reflexiona Goiria, que también subraya la revolución que llevó a cabo en la plantilla tras descender de Segunda División, ya que solo se mantenían dos futbolistas. “Creo que había que empezar un poco de cero. Para nosotros también era un desconocimiento hacer un equipo para una categoría que no conoces. La Primera RFEF no tiene nada que ver con la antigua Segunda División B y es mucho más exigente. Eso se nota. Teníamos las ideas claras, sabíamos lo que queríamos pese al riesgo que asumíamos. Este trabajo lo hemos hecho más de una vez durante los seis años que llevo yo. Es algo que me encanta hacer, me encanta hacer plantillas. Estoy muy satisfecho del resultado y de haber conseguido el objetivo”, especifica.

Goiria destaca el trabajo del colectivo, no quiere entrar en nombres propios, pero reconoce que varios de sus futbolistas han ejercido un rol importantísimo. Es el caso de Eneko Jauregi, pichichi del equipo con 15 tantos, los pivotes Kwasi Sibo y Jorge Iryarte, y los capitanes Iker Seguín y Xabi Etxeita. “Jauregi tenía un potencial increíble, es un jugador especial y solo puedo estar muy contento de que haya hecho 15 goles. Sibo e Iryarte son los que más minutos han tenido, pero están Antonio Albisua, que les han apretado. Es un trabajo de equipo. El doble pivote sí ha estado muy bien y nos ha ayudado a conseguir el objetivo”, razona el director deportivo de los azules, que también resalta el rol de Seguín y Etxeita. “Es un lujo aprender de ellos, nos han ayudado mucho a liderar la plantilla y tenemos la suerte de que se hayan quedado con nosotros”, momento en que recuerda la marcha en enero de Urko Izeta al Bilbao Athletic cuando era un jugador fijo en el sistema de Mujika. “En el fútbol siempre pasan cosas de este tipo, que te pueden transformar un poco los planes, pero han venido Ewan, Julen Jon y Edwards, que nos ha dado ese plus que necesitábamos”.

El Amorebieta se ha ganado por derecho propio su regreso a Segunda División y ya prepara el nuevo para competir con dignidad en la categoría de plata. Un proyecto que rompe con el de hace dos años, cuando se decantó por disponer solo de jugadores vascos. “No creo que nos equivocáramos. Era una cuestión de identidad, de tener un cierto efecto de pertenencia, que en ese momento era bueno para el equipo. Al final pasan cosas que tienes que analizar y corregir los errores”, explica Goiria, que adelanta que no variará su idea actual.