CUANDO sus padres se decidieron por un nombre parecieron predestinar a su hijo a un futuro acorde. Salvador González (L’Alcúdia, 1963), conocido en el mundo del fútbol como Voro, se ha convertido en el primer recurso para el banquillo del Valencia cuando los problemas acucian al equipo. Su figura se ha convertido en salvadora. Es el bombero de Mestalla.

Voro se forjó en la cantera del Valencia. Desde el Mestalla –filial che– salió cedido al Tenerife, donde maravilló para ganarse un puesto en el primer equipo valencianista en la siguiente campaña, la 1984-85, cuando comenzó un periodo que se prolongó durante ocho temporadas antes de mudarse al Deportivo, donde coincidió con los Liaño, Djukic, Mauro Silva, Donato, Fran o Bebeto para conformar el conocido como Súper Dépor de Arsenio Iglesias. El central de L’Alcúdia, que también se fajó como lateral derecho, llegó a ser internacional con España en nueve ocasiones, viviendo su debut a los 30 años. Su desempeño le valió para ser integrado en la lista para la Copa del Mundo de 1994 de la mano de Javier Clemente. Posteriormente colgó las botas en 1998, en el Logroñés, donde jugó sus dos últimas temporadas como futbolista, lastrado por las lesiones en su ocaso.

Hombre de fútbol, Voro cambió su rol al de entrenador, una etapa nada longeva, pues dirigió al Levante B en la 2001-02 y un curso más tarde pasó al banquillo del Valencia B, el Mestalla. En 2005 siguió ampliando sus funciones al aceptar el cargo de delegado del Valencia. Y allí vivía Voro, echando un cable desde la segunda fila hasta que comenzó su peculiar carrera en el banquillo de Mestalla.

En 2008 la destitución de Ronald Koeman a falta de cinco jornadas para concluir la liga llevó a Voro al papel de entrenador de urgencia. El valenciano logró evitar el descenso con jugadores como Cañizares, Mata, Joaquín o Villa.

La positiva experiencia con Voro como técnico tuvo un segundo episodio. En 2012 reemplazó a Mauricio Pellegrino mientras se aguardaba a la llegada de Ernesto Valverde. En ese momento pareció extinguirse el recorrido de Voro en los banquillos; recuperó sus funciones como delegado y así corrió el tiempo.

Sin embargo, el desembarco del singapurense Peter Lim como máximo accionista del Valencia al adquirir el 70% del paquete accionarial del club en 2014 cambió el destino de Voro, que recuperó el papel de salvador. Tan pronto como en 2015 volvió a vestirse de entrenador. Aquel precedente dentro de la etapa de Lim fue el primero de seis. Es decir, hasta en ocho ocasiones Voro ha sido recuperado para el oficio de técnico interino. Además de a Koeman y Pellegrino, ha sustituido a Nuno Espírito Santo (2015), Pako Ayestarán (2016), Cesare Prandelli (2017), Albert Celades (2020), Javi Gracia (2021) y, por último, al recién cesado Gennaro Gattuso.

La consecuencia del aumento de la participación de Voro, que ya es uno de los treinta entrenadores que más partidos ha dirigido en el Valencia (47), se ha visto condicionada por la política de Lim, que en apenas nueve años de estancia en el club ha contado con once entrenadores; que son los citados, inclusive Voro pese a ser interino, además de Juan Antonio Pizzi, Marcelino García Toral y José Bordalás. Un dato que da cuenta del nivel de discontinuidad que presenta el ciclo de Lim es que el club ha contado con un total de 55 entrenadores a lo largo de su historia, que arranca con su fundación en 1919, pero que vivió por primera vez la presencia de un entrenador en 1923.

En otras parcelas del club, el cambio también es la tónica con Lim: tres presidentes distintos (Khojama Kalimuddin, Lay Hoon y Anil Murthy), cuatro directores deportivos (Francisco Rufete, Jesús García Pitarch, José Ramón Alesanco y César Sánchez) y dos secretarios técnicos (Pablo Longoria y Miguel Ángel Corona).

Esta dinámica más reciente de relevos constantes en el banquillo ha propiciado que Voro se haya convertido en el tercer entrenador que más encuentros ha dirigido desde el desembarco del propietario singapurense, solo superado por Marcelino (110) y Nuno (62). Voro es por lo tanto más que un recurso de urgencia. De hecho, no sería descabellado pensar que, en caso de redirigir el rumbo del equipo, pudiera prolongar su estancia en el vestuario che.

Si bien, esta se antoja como una de sus empresas más complicadas. El presente del Valencia es preocupante desde diferentes ámbitos: el deportivo –está a un punto del descenso, asistiendo a su peor temporada desde 1986, cuando descendió–, el institucional –con una erosión permanente de la imagen–, el económico –con una deuda cifrada en 375 millones de euros–..., aunque todos ellos poseen un denominador común, la persona de Peter Lim, que ha traído a Mestalla un clima insostenible en el que la figura de Voro, el salvador, aparece como si de un bombero se tratara para apagar el incendio sobre el terreno de juego, pilar sobre el que se asienta un club. Y en este contexto, el Athletic tratará de hurgar en la herida.

El dato

8

veces entrenador interino

Voro ha sustituido en el banquillo del Valencia a Koeman (2008), Pellegrino (2012), Nuno (2015), Ayestarán (2016), Prandelli (2017), Celades (2020), Javi Gracia (2021) y Gattuso (2023). Con Lim, es el tercero con más partidos.