YA son tres las jornadas que encadena el Amorebieta sin tener que sacar el balón de su portería, algo que no sucedía desde hace casi dos años. Uno de los grandes artífices de dicha racha es Mikel Saizar (Ibarra, 1983), al que Guijuelo, Izarra y Leioa no han podido batir en las últimas semanas, lo que ha otorgado siete de los últimos nueve puntos en juego a los azules, situados en la novena plaza. Los tres últimos los sumaron en Sarriena, donde le tocó lucirse para detener un penalti en el tramo final. “Estoy contento por el equipo. Lo mejor de dejar la puerta a cero es que como mínimo te da un punto. Para nosotros suelen ser tres, porque casi siempre metemos algún gol”, valora el experimentado arquero, uno de los once fichajes que llegaron en verano a Urritxe, donde hoy a las 16.00 horas afrontan un nuevo derbi. Será ante un Barakaldo herido tras sus dos últimas derrotas.

Los guantes de Saizar resultaron vitales para vencer hace una semana en Sarriena, pues el Leioa se volcó en ataque en el segundo acto para intentar nivelar la diana lograda por Ekain en el primero. Su mejor ocasión fue una pena máxima lanzada por Yurrebaso a un cuarto de hora del final, pero se topó con el muro de los azules. “Para el portero siempre es bonito parar un penalti y más si sirve para dar los tres puntos al equipo, pero lo que nos dio el triunfo fue que hicimos un partido muy serio en defensa”, analiza el único miembro de la plantilla comandada por Iñigo Vélez que aún no se ha perdido ningún minuto.

Tras haber empatado en Fadura y Lezama y ganado en Sarriena, el de hoy será su primer derbi en Urritxe, lo que no supone una buena noticia para los azules si se atiende a los números. Y es que el zornotzarra, que han vencido en sus tres últimas salidas, es uno de los cuatro equipos de los 120 que militan desde Primera a Segunda B que aún no ha perdido fuera. El panorama cambia en casa, donde solo ha abrazado uno de los últimos doce puntos posibles. “Tenemos que darle la vuelta a esa situación para estar más arriba en la tabla y contra el Barakaldo tenemos una oportunidad”, apunta Saizar, al que la situación no le inquieta, pues “llevar 20 puntos en 14 jornadas está muy bien, dónde los logremos da igual”.

Él ya está habituado a eso de pasarse semanas sin lamentar ningún gol en contra. Y es que en la campaña 2017-18, en las filas de un Burgos que dirigía Patxi Salinas, no encajó la primera diana hasta la décima jornada. “Fue una anécdota bonita, ojalá lleguemos a esos números aquí también, pero no me quita el sueño”, reconoce quien sigue siendo muy querido en El Plantío. En la visita realizada a dicho estadio en octubre, recibió homenajes tanto del club, que le entregó una camiseta con su nombre antes del partido, como de un sector de la afición, que le regaló una placa al final, instantes después de que atara el triunfo zornotzarra con una mano salvadora en el 90. “Fue un día redondo, lo mejor del fútbol es el recuerdo que dejas como persona. No me lo esperaba, fue bonito y emocionante”, subraya.

En la larga trayectoria del guipuzcoano destaca un ascenso a Primera con el Córdoba, donde disputó seis duelos en la máxima categoría en el curso 2014-15. “Deportivamente hablando fue el mejor momento. Otro inolvidable fue ir convocado a Lyon en octavos de final de la Champions con la Real”, rememora. Ocurrió en la 2003-04, cuando era el tercer portero del equipo que dirigía Raynald Denoueix, a la sombra de Westerveld y Alberto. Pese a que cayeron eliminados, “yo soy realista y fue emotivo, viajó mucha afición”. En enero cumplirá 37 años, pero afirma seguir “disfrutando cada día que vengo a entrenar. Me gusta, es lo que llevo haciendo desde que me fui a Lezama con 14 años. Mientras la ilusión aguante, seguiremos”, promete quien también ejerce como entrenador de porteras en el Eibar femenino.