bilbao - El pasado 14 de junio Julen Lopetegui (Asteasu, 1966) desbordó su emotividad cuando fue presentado en el Santiago Bernabéu como nuevo entrenador del Real Madrid dos días después de ser destituido de forma fulminante como seleccionador español al transcender que se había comprometido con el club blanco. “Puedo decir que desde la muerte de mi madre, ayer (cuando fue cesado por la Federación) fue el día más triste de mi vida, pero hoy es el día más feliz de mi vida”, confesó entonces. Y qué poco le ha durado la felicidad al técnico guipuzcoano. Exactamente 137 días, aunque llevaba ya bastantes jornadas probando el sinsabor del fracaso.

El Real Madrid hizo anoche oficial lo que todo el mundo sabía, que deja el banquillo del Bernabéu electrocutado por los malos resultados. De momento Santiago Solari, el entrenador del filial, se hace cargo de forma interina del equipo para afrontar mañana el partido de Copa ante el Melilla y el encuentro de la undécima jornada de Liga ante el Valladolid, según anunció el club blanco a través de una nota pública donde nada se dice sobre quién tomará la riendas de la plantilla merengue al menos hasta final de temporada.

Se daba por hecho que el personaje elegido es el italiano Antonio Conte, que acaba de ganar un litigio con su anterior club, el Chelsea, y estaba de vacaciones en Egipto, aunque ya sabía desde el pasado día 2, tras el partido de Champions que perdió el Madrid con el CSKA en Moscú (1-0), que estaba en la agenda de Florentino Pérez.

Sin embargo Conte ha impuesto como exigencias un contrato hasta 2021 y la cobertura de cinco ayudantes de su confianza, cuando el club solo está dispuesto a ofrecerle un año y medio y técnicos de la casa, según relatan fuentes próximas a la entidad blanca. El técnico italiano, en definitiva, no quiere ser plato de segunda mano y apela a su prestigio personal para imponer condiciones que verdaderamente le hagan entender que existe un interés prioritario.

A la espera de su comunicado, el Real Madrid no escatima dureza hacia el técnico caído. “Esta decisión, adoptada desde la máxima responsabilidad, tiene como fin cambiar la dinámica en la que se encuentra el primer equipo, cuando aún son alcanzables todos los objetivos de esta temporada”. La nota añade: “La Junta Directiva entiende que existe una gran desproporción entre la calidad de la plantilla del Real Madrid, que cuenta con ocho jugadores nominados al próximo Balón de Oro, algo sin precedentes en la historia del club, y los resultados obtenidos hasta la fecha”, es decir, que el equipo le ha venido grande a Lopetegui.

el peor de la era florentino Y así lo atestiguan sus números, los peores de un entrenador en las dos etapas en la presidencia de Florentino Pérez. Además, Julen es el segundo que menos tiempo estuvo en el cargo tras José Antonio Camacho, que duró 117 días, aunque el murciano se fue por decisión propia al ver que no iba a poder manejar el vestuario según sus exigencias.

Lopetegui ha sido entrenador del Real Madrid 137 días, apenas 75 de ellos desde que dirigió su primer partido oficial, que terminó con una dura derrota en Tallin en la final de la Supercopa de Europa, pues el rival que se alzó con el primer título de la temporada fue el Atlético de Madrid.

Desde entonces, Lopetegui ha dirigido catorce partidos oficiales en tres competiciones diferentes, con un balance de seis victorias, dos empates y seis derrotas. Demasiada precariedad para un equipo que acababa de proclamarse campeón de Europa.

Y más si se tiene en cuenta que el técnico guipuzcoano no era la primera opción que manejó Florentino Pérez para cubrir la súbita marcha de Zinedine Zidane, que decidió no renovar su contrato después de ganar la Liga de Campeones, tercera consecutiva, al Liverpool en Kiev.

Lo fue cuando el presidente madridista sondeó sin éxito a tres reputados entrenadores, el alemán Jürgen Klopp, que triunfa en el Liverpool, Massimilliano Allegri, que dirige a la Juventus y en su día rechazó públicamente la posibilidad de cambiar de aires, y el argentino Mauricio Pochettino, que justo días antes había renovado su contrato con el Tottenham cuyo dueño, Daniel Levy, se negó en redondo a entablar cualquier negociación.

el doble error del presidente Florentino esperó a una derrota rotunda para acabar con cualquier duda sobre la necesidad de cambiar al inquilino del banquillo. Y no podía haber resultado más rotundo que un 5-1 en el Camp Nou. Hasta entonces, el Real Madrid había encadenado cuadro derrotas consecutivas y estaba batiendo récords de ineficacia goleadora, lo cual ofrecía cobertura para haber adelantado el desenlace.

Por encima de una falta de alternativa clara, la defenestración del entrenador significaba sobre todo el fracaso personal de Florentino Pérez, el plenipotenciario y altanero presidente del club, a quien mucho señalan como responsable del descalabro de la selección española en el Mundial de Rusia por desestabilizar al grupo llevándose al seleccionador, aunque no fue él, sino el presidente de la Federación Española, que también gasta soberbia, quien decidió el cese fulminante del técnico guipuzcoano.

Florentino, además, dejó marchar a Cristiano Ronaldo a la Juventus sin procurar antes una alternativa de garantías. Un goleador. Vino, eso sí, Mariano, del Olympique de Lyon, y no es lo mismo.

Santiago Solari (Rosario, Argentina, 1976), hombre culto, se incorporó en el cuerpo técnico del club madridista en la temporada 2013-14, dos años después de colgar las botas en Peñarol tras una intensa carrera futbolísticas en equipos de postín como River Plate, Real Madrid, Atlético o Inter de Milán. Desde la pasada campaña dirige al Real Madrid Castilla y desde hoy será el responsable de la primera plantilla blanca. ¿Hasta cuando?

El reglamento federativo contempla que no puede ejercer como interino más de catorce días. Tampoco es descartable que Solari, que conoce la casa y a los jugadores, termine la temporada vistas las dificultades que, al parecer, ofrece Antonio Conte.