REAL MADRID: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric (Min. 85, Ceballos); Isco, Bale (Min. 72, Mariano) y Benzema (Min. 62, Marco Asensio).

ROMA: Olsen; Florenzi, Manolas, Fazio, Kolarov; Zaniolo (Min. 54, Pellegrini), De Rossi, Nzonzi (Min. 69, Schick); El Shaarawy (Min. 62, Perotti), Cengiz Under y Dzeko.

Goles: 1-0: Min. 45; Isco. 2-0: Min. 58; Bale. 3-0: Min. 91; Mariano.

Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó a Ramos por el Real Madrid; y a De Rossi y Dzeko (76) por la Roma.

Incidencias: 79.000 espectadores en el Bernabéu.

MADRID - El Real Madrid, dominador de las tres últimas ediciones de Champions, arrancó la competición con una exhibición de fuerza en su mejor encuentro con Lopetegui, con un fútbol coral que atropelló a un semifinalista de la pasada edición, la Roma, tumbado por Isco, Bale y Mariano. Hasta dieciséis remates madridistas precedieron al primer gol. Cuando Robin Olsen se erigía como el héroe de la noche y clavado sobre el césped, seguía con la mirada el toque de magia de Isco de falta. Suave para caer muerto a la red tras superar la barrera y hacer justicia en el último suspiro del primer acto.

Lopetegui devolvió la portería a Keylor Navas y el debate se incendió por su firmeza. Arrancó el segundo acto con un paradón a zurdazo de Under cuando el Roma adelantó metros y comprobó los registros que maneja el nuevo Madrid. Tan cómodo con el balón como al contragolpe, la sentencia llegó con espacios que devoró Bale en una acción que lo definió a la perfección. Había perdona la primera contra, el travesaño evitaba su tanto en otra ocasión y a la tercera, tras mostrar su velocidad punta, definió pegado al poste imparable para Olsen.

El madridismo se divirtió tanto como sus jugadores sin que un solo espectador se acordase del rey destronado. Pidió el Balón de Oro desde la grada para Modric, despidió en pie a Benzema y Bale, de silbados hace meses a admirados, se asombró ante gestos de Isco y Asensio y recibió con honores a Mariano en su estreno. Mientras, Keylor siguió a lo suyo con tres paradas más que frenaron cualquier atisbo de reacción italiana. Asensio dejó una ruleta en área chica y tocó con delicadeza el balón buscando el broche que puso Mariano mostrando su hambre de éxito, con rosca a la escuadra, en una noche de esperanza renovada para el campeón.