Bilbao- El Thinking Football Film Festival disfrutó ayer del documental Alén do Cosmos, cuyo protagonista es el gallego Santiago Formoso.
¿Qué supuso la llegada de Pelé al fútbol americano?
-Puso el fútbol en el mapa. Que estuviera allí el mejor jugador de todos los tiempos hizo que se lo tomaran en serio. En Estados Unidos se juega al fútbol desde 1896. En 1950 Estados Unidos le gana a Inglaterra en el Mundial de Brasil. El fútbol siempre existió, pero no llegó a los niveles de Europa por las Guerras Mundiales. El americano trató al fútbol como un deporte foráneo. No era de ellos.
Jugó con Neeskens, Cruyff, Beckenbauer?
-Pero el rey era Pelé. Donde hay rey no hay príncipes.
¿Cuál le impactó más en el verde?
-Garrincha. Coincidí con él en unos partidos de exhibición en Brasil. Tenía más de 40 años, veinte kilos de más, una cajita de cerveza encima y no había quién lo frenara. Y eso que jugaba contra veinteañeros. Yo me preguntaba qué tenía que ser con 20 años en Botafogo. Un monstruo.
¿Qué tenía de marketing el Cosmos?
-Todo. En aquellos tiempos el mercado asiático no se había explotado todavía. Ellos son los reyes de eso y se preguntaron qué tenían que venderles: Coca-Cola, McDonald’s, música? Iba el equipo de fútbol y detrás un batallón de empresarios. Así abrían mercado. Esta estrategia es la que está haciendo Florentino Pérez con sus negocios y el Real Madrid. La única diferencia es que va solo él, no lleva cincuenta empresarios con el equipo.
El presidente del Cosmos lo era también de la Warner.
-Juntó los dos mundos. Convivíamos con los artistas. Nosotros íbamos a sus conciertos y ellos venían a nuestros partidos. Y después salíamos a cenar y demás. Así conocí a Dustin Hoffman, Al Pacino, Sinatra, Mohamed Ali, Liza Minnelli? Incluso Kissinger y los Rolling Stones, que tenían un equipo de fútbol en Philadelphia.
¿Se puede contar si Chinaglia era tan gángster como dicen?
-¿Y si vuelve? No era tanto como dicen, pero sí que controlaba el club. Te traspasaba o te quitaba del equipo. Antes del partido le pasaba un sobre al entrenador con la alineación. Si no cumplía a rajatabla con eso, lo echaba. Eso pasó. Se lo dijo antes de salir al campo: “Hoy es tu último día”. El presidente lo permitía porque la esposa de Chinaglia era pariente suyo. Chinaglia era como era. Tenía mucho poder y no le gustaba la gente que le hacía sombra.
¿No quiso usted jugar en Europa?
-Me vinieron a buscar muchas veces. En todas las giras por Suramérica o Europa yo llamaba la atención, pero no me dejaban marchar. La entidad es dueña de todo. Tú no tienes derecho a decidir. Te traspasan cuando ellos quieren.
¿No es eso cruel con el deportista?
-No lo noté porque me di cuenta de que todo el mundo quería venir a jugar a Nueva York. Y yo me preguntaba: ¿para qué me quiero ir yo? Me vinieron a buscar el Real Madrid, el Barcelona, el Atlético de Madrid, el Bayern de Múnich, el Manchester United? No me quise ir de la capital del mundo, donde estaba disfrutando de la vida sin presión. Con 29 años me vino a buscar el Deportivo de La Coruña. Yo estaba recién casado, con un niño pequeño, y mi esposa me dijo que me quedase. Tenía un amigo que su padre era directivo del Celta y sí me dolió que no me ofrecieran nunca jugar en el Celta.
Solo jugó siete partidos con la selección americana.
-Sí. El gallego en mí? Me peleé con el seleccionador en el último partido para clasificarnos al Mundial de 1978. En el avión nos sentamos juntos, con una botellita de ron y una Coca-Cola, y le dije todo lo que tenía que decirle. Y me pasé. Me quitó mi sueño de jugar un Mundial, el de 1978. Y podía haber ido al de España después, más especial para mí. No di el brazo a torcer.
¿Dónde jugó tras dejar el Cosmos?
-En 1980 me fui a Los Ángeles. Jugué al fútbol hasta 1985. Jugué una temporada al fútbol sala, que en aquella época estuvo de moda. Se jugaba en las canchas de hockey sobre hielo con una moqueta. Era horrible, porque se filtraba el agua del hielo y jugábamos con mucha humedad.
¿Le costó dejar el fútbol?
-Aquí te retiras y te hacen un homenaje. Allí te retirabas y se acabó. Los americanos no ganábamos dinero como para retirarnos toda la vida. Ganaba en un año lo que Pelé en un día. Yo era el que corría y él iba al banco con el cheque.
¿Por qué desapareció el Cosmos?
-La explicación estuvo en la televisión. Llegó la renovación del contrato televisivo del béisbol. La ABC le dijo a la MLB que no le iba a dar 700 millones de dólares, sino 300 porque tenían el fútbol, que metía más gente en los estadios que el béisbol. Lo que la ABC no sabía es que el 80% de los equipos de fútbol pertenecían a los dueños de los clubes de béisbol. Se cargaron el negocio del fútbol y se plantaron delante de la ABC: “Ahora no quiero 700 millones, quiero mil y pico”. Se tuvieron que bajar los pantalones. También tuvo culpa la FIFA. Si en lugar del Mundial del 94 hubiese hecho en Estados Unidos el de 1986, cuando el fútbol estaba en pleno apogeo, ¿dónde estaría hoy el fútbol en Estados Unidos? El fútbol no progresa en Estados Unidos porque no lo controlan los americanos. A los americanos no les gusta que les controlen nada.
Usted ganó un anillo de campeón. -Sí, en 1978. Es el primer anillo del deporte profesional americano que ha ganado un deportista español. Tuvieron que pasar muchos años para que Gasol ganara otro.
¿Cómo ve la filosofía del Athletic?
-Creo que es maravilloso que le des prioridad a tu gente. Muchos de estos muchachos no jugarían al fútbol si el Athletic no tuviera esa ideología. Yo también soy muy tradicional en ese sentido. Me gusta que los equipos tengan una base o un porcentaje muy alto con jugadores de su cantera.