Bilbao - El debate sobre la posibilidad de que San Mamés acoja la final de Copa del próximo 27 de mayo acabó en la tarde de ayer. Primero, el Athletic, y luego, San Mames Barria, confirmaron en sendos comunicados la imposibilidad de que el coliseo rojiblanco sea la sede del Barcelona-Alavés, como desea el conjunto gasteiztarra. El montaje para el concierto de Guns N’ Roses, previsto para tres días después del duelo, el primer evento de estas características que alberga el nuevo campo, lo hace inviable. Algo que los responsables de Last Tour, la empresa encargada de organizar la actuación de la mítica banda estadounidense, repitieron horas después de que el dueño del conjunto babazorro, Josean Querejeta, en plena euforia tras eliminar al Celta, expresara su deseo de jugar en Bilbao. Un impedimento que los responsables del equipo gasteiztarra conocían antes de solicitar de manera oficial a la sociedad San Mames Barria que inste a la Real Federación Española de Fútbol a la celebración del partido decisivo del torneo del K. O. en el estadio bilbaino.
“Es nuestro deseo celebrar la final en Bilbao por diferentes razones, entre las que destaca, principalmente, las facilidades que supone para la afición alavesista por su cercanía, en detrimento de otras ciudades a mayor distancia de Gasteiz. Entendemos que la llegada de casi 50.000 aficionados procedentes de ambos clubes supondrá un impacto muy importante para Euskadi”, destacó en la mañana de ayer el Alavés en un comunicado, en el que remarca que San Mames Barria ingresaría por el arrendamiento del campo “una cantidad superior al millón de euros”. Una nota en la que el Alavés aseguró que mantuvo conversaciones el jueves por la mañana con el director general del Athletic, Jon Berasategi, para transmitirle su deseo de celebrar “una cita deportiva de tal envergadura” en San Mamés. Con el que no pudo hablar el club gasteiztarra, según indicó en el comunicado, fue con el presidente rojiblanco, Josu Urrutia, pese a los intentos de ponerse en contacto con él.
Una versión que pocas horas después puso en duda el Athletic mediante un comunicado aclaratorio, algo poco habitual en el proceder de Ibaigane. La entidad bilbaina aclaró que fue el propio Berasategi el que a primera hora de la mañana del jueves se puso en contacto con la entidad alavesa, concretamente con el presidente Alfonso Fernández de Trocóniz, “al que expresó la imposibilidad de que la final se pudiera jugar en San Mamés teniendo en cuenta los compromisos por San Mames Barria” para la celebración del concierto de Guns N’ Roses. Es decir, el Alavés ya sabía antes de solicitar formalmente la sede de Bilbao que era materialmente imposible.
Además, el Athletic también aclaró en su escrito que hasta la publicación del comunicado del Alavés Urrutia no había recibido “ni directa ni indirectamente llamada ni mensaje alguno” desde el club gasteiztarra. Fernández de Trocóniz sí que llamó a la secretaría del Athletic tras emitir la postura del Alavés, que fue respondida “inmediatamente” por el presidente rojiblanco, reiterando lo dicho la víspera por Berasategi.
Unas matizaciones y cruce de versiones entre ambos clubes que evidencian que la relación entre las directivas dista mucho de la camaradería. De hecho, fue el propio Alavés el que, en noviembre de 2013, ya con Querejeta como máximo accionista, rompió relaciones institucionales y deportivas con el Athletic, al que acusó de tocar a una treintena de chavales de su entorno y del Aurrera de Vitoria, cuando este club ya se había desligado de Ibaigane para convenirse con la entidad del Paseo de Cervantes. Un paso rupturista que se produjo 25 años después de que el Athletic, bajo la presidencia de Pedro Aurtenetxe, evitara la desaparición del club blanquiazul por el impago de sus jugadores.
San Mames barria lo corrobora Minutos después de la aclaración de Ibaigane, la sociedad propietaria del campo -compuesta por el propio Athletic, Ayuntamiento de Bilbao, Diputación de Bizkaia, Gobierno vasco y Kutxabank- también emitió un comunicado para dejar definitivamente sentenciado el debate. San Mames Barria subrayó que “lamentablemente” no se va a poder atender la demanda del Alavés: “Como es sabido desde principios del pasado mes de diciembre, San Mamés acogerá el 30 de mayo un concierto de la gira mundial de Guns N’ Roses. Para la organización de un evento de esta magnitud, la empresa organizadora, Last Tour, ha solicitado por exigencias operativas acceder al estadio ocho días antes del evento. Esta circunstancia hace del todo punto imposible que San Mamés pueda acoger un partido de fútbol en la fecha en que debe disputarse la final de Copa. De no haber mediado esta necesidad, las entidades que integran San Mames Barria habrían analizado con entusiasmo la petición que hoy nos cursa el Deportivo Alavés, ilusionadas ante la posibilidad de que Bilbao y San Mamés acogieran a miles de aficionadas y aficionados alavesistas llegados desde Gasteiz y desde toda Araba para asistir a la primera final de Copa del Alavés en su ya casi centenaria historia”.
Con San Mamés descartado, lo mismo que el Santiago Bernabéu, de nuevo en obras, todo apunta a que será el Vicente Calderón, en su despedida antes de que abra el Wanda Metropolitano, el escenario de la final. El Betis, como hizo en la edición de 2015, ha presentado el Benito Villamarín como otra opción.