ALEMANIA: Neuer; Höwedes, Boateng, Hummels, Hector; Kroos Khedira; Müller, Özil, Draxler (Gómez, Min. 72); Götze (Schürrle, Min. 66)

POLONIA: Fabianski; Piszczek, Glik, Pazdan, Jedrzejczyk; Blaszczykowski (Kapustka, Min. 80), Krychowiak, Maczynski (Jodlowiec, Min. 76), Grosicki (Peszko, Min. 88); Milik, Lewandowski.

Árbitro: Björn Kuipers (Holanda). Amonestó a Khedira, Özil, Boateng, Maczynski, Peszko y Grosicki

Incidencias: 80.000 espectadores en el Estadio Saint-Denis.

bilbao - Alemania y Polonia firmaron tablas en Saint-Denis y aplazaron a la última jornada la asignación de posiciones dentro del grupo. Después de sus triunfos iniciales, el resultado no es malo para ninguno de los dos ya que les deja muy cerca de los octavos de final, pero quedó una sensación extraña después de un partido que cumplió escrupulosamente con aquello de las dos partes bien diferenciadas.

La primera fue un enorme bodrio, como si los dos equipos tuvieran claro que un punto era un buen botín y que había que arriesgar lo imprescindible. Solo un cabezazo de Mario Götze bien pronto, en el minuto 4, quedó para el cómputo de ocasiones de gol en estos 45 minutos. Lo demás fue un insípido intercambio de carreras entre dos selecciones bien armadas atrás y físicamente poderosas, tanto que los metas Neuer y Fabianski apenas se mancharon los guantes.

El triángulo de los dos centrales Glik y Pazdan y el sevillista Krychowiak, ubicado en el medio centro, era cemento armado en Polonia, impenetrable por el centro, más aún cuando Muller y Götze están con la inspiración extraviada y apenas conectaron con Ozil y Kross. Mientras, en el otro lado, Lewandowski quedaba emparedado entre Boateng, compañero suyo en el Bayern, y Hummels, que lo fue en el Borussia y lo volverá a ser de nuevo en Munich esta próxima temporada. El artillero polaco se tenía que alejar del área con lo que allí pisaba los terrenos de Milik y se generaba confusión y ningún peligro.

La cosa mejoró tras el descanso, más que nada porque era imposible que empeorara. En el primer minuto ya hubo dos ocasiones claras. Milik falló un cabezazo a placer y solo dentro del área cuando lo más fácil era impactar con el balón y Götze disparó al muñeco en posición ventajosa dentro del área. Estas acciones animaron el choque, que empezó a ir de un área a otra, y siguieron cayendo oportunidades de abrir el marcador.

Así, Milik lanzó fuera por poco una falta que asustó a Neuer. El delantero del Ajax, que está para echar una mano a su capitán, acabó frustrado porque lo intentó todo y no le salió casi nada. Como cuando falló otro disparo claro justo desde el punto de penalti al rematar al aire. Antes, Lewandowski había estado extrañamente lento en su área de influencia y Boateng le rebañó el balón.

el recurso de mario gómez El juego iba de lado a lado, libre ahora de ataduras, pero el gol se resistía, incluso en el bando de los campeones del mundo donde Joachim Löw decidió apostar por el veterano Mario Gómez, cuya presencia en la lista sorprendió ya que no jugaba un partido oficial desde la anterior Eurocopa. Mezut Ozil empezó a aparecer más a menudo, aunque Polonia se mostró muy firme en su área y el jugador del Besiktas apenas pudo intervenir en el juego. Así, solo un disparo del propio jugador del Arsenal que rechazó brillantemente Fabianski y otros dos de Kross generaron peligro a una selección que ha mejorado mucho en los últimos cuatro años tras el tirón de su Eurocopa. De hecho, Alemania y Polonia coincidieron en la fase de clasificación y se repartieron las victorias.

Ayer todo quedó en un empate que, probablemente, dejaría más satisfechos a los polacos que, al fin y al cabo, son meros aspirantes a colarse en los puestos de honor. Los germanos, hasta ahora, defienden la estrella de campeones del mundo, pero no han dado su mejor nivel, no han roto a jugar como en Brasil, están en un ni fu ni fa que puede alterar los cruces previstos.