ZAMUDIO - ¿Hay alguna novedad con respecto a posibles patrocinios?
-No. Hay conversaciones y cosas que hay que finiquitar. Hay posibles contactos para ver qué es lo que sale de ahí. Pero de momento nada más.
¿Y cómo se encuentra usted?
-Estoy contento y preocupado. Medio asimilando lo que hemos hecho. Tras haber conseguido lo que hemos hecho, tener que renunciar por dinero me preocupa. No tengo ningún problema de estar en Tercera, pero me preocupa haber conseguido el ascenso y no poder subir por un tema de dinero y estructura de club.
¿Así que no solo es el dinero?
-Sí, claro. Somos tres personas como directivos: Rubén, el tesorero; Iñaki, el vicepresidente, y yo, que llevamos bastantes años juntos y estamos dispuestos a sacrificarnos para estar con el club en Segunda B, pero el trabajo se va a multiplicar. Colabora gente, pero el peso lo llevamos solo tres.
¿Lo pasó mal el día del ascenso?
-Si me pongo una banda en el corazón? Tenía muchísimas pulsaciones. Los últimos cinco minutos me metí al vestuario, mirando por una rendija. Cuando el árbitro pitó el final fue una pasada.
¿Es lo mejor que le ha pasado?
-En el club llevo desde 2008 y ha habido triunfos bonitos, pero lo que es deportivamente, está claro. Cuando empecé viví el ascenso de División de Honor a Tercera, luego quedamos cuartos, con el play-off... Pero lo de este año, con la juventud? Hemos conseguido algo histórico.
¿Se imaginaba esto al principio de la temporada?
-Entre los objetivos, la permanencia se quedaba corta, porque faltaban equipos fuertes que habían subido y entonces yo firmaba el play-off, pero no es lo mismo que quedar campeón. Es un título, con trofeo y Copa, para un pueblo de 3.000 habitantes, para un equipo que algunos piensan que es rico, pero es de los más modestos que hay. Es una pasada y todavía lo estoy medio asimilando.
¿Qué le quita el sueño ahora?
-Conseguir una cantidad con la que el año que viene estés seguro de que puedas cubrir todos los gastos. En Zamudio lo que se promete se paga y lo que no quiero, por nada del mundo, es prometer algo que no pueda pagar. Hay que saber el dinero con el que se cuenta y con ello saber si se puede permitir ascender. Al final, puede ocurrir que se te vaya la cabeza y digas adelante y pase lo que ha ocurrido a otros equipos. Tenemos unos doce equipos de niños y no puede ser que una locura repercuta también en todo un club de 73 años de existencia.
¿Ha tenido ya ofertas de empresas?
-El ascenso ha sido hace nada y no ha habido una avalancha de llamadas. Llamadas he tenido muchas, pero que ofrezcan dinero, ninguna.
Se ha dicho que el Eibar les ha ofrecido ser filiales.
-No. No es cierto. No nos ha llamado el Eibar, ni el Villarreal, ni el Betis. El Athletic sí, para felicitarnos, claro.
¿Y con qué plazos trabajan?
-La decisión se tiene que comunicar unos días antes de la asamblea de la Federación Española, que será después de que acabe la Eurocopa. Pero nuestra idea es no esperar tanto, porque hay que hacer una plantilla. Así que en cuestión de una semana o semana y media hay que decidir.
¿Y lo de vender la plaza?
-No existe esa posibilidad. También se dice que no se puede renunciar. Pero luego cuando no pague, los que dicen que no se puede, que paguen.
Si finalmente renunciaran, ¿podría ocurrir que en el grupo vasco de Tercera jugaran 21 equipos?
-A mí me consta que eso tampoco va a ser. La Federación Española lo comenta, pero no lo sabemos seguro. Lo mismo la Española dice que es así y la Vasca lo tiene que acatar, pero en principio esto no está escrito en ningún sitio.
El tema de fichajes estará parado.
-En el equipo hay gente que ya ha renovado. Gorka Rueda, nuestro entrenador, está hablando con los jugadores, independientemente de la categoría en que estemos. Esto es como todo. Con la temporada que hemos hecho ha habido muchos ojeadores. Unos se van, luego hay otros que no saben qué hacer. Unos se irán y vendrán otros. Al final, yo me siento orgulloso de que progresen y poder decir que han pasado por nuestro club. El Zamudio está en alza y hay muchos jugadores que quieren venir.
Han logrado el éxito ¿También han recortado los sueldos?
-Llevamos cinco años bajando los sueldos porque lo que se estaba pagando antes no se podía pagar. Tenemos que potenciar el fútbol base y todo el dinero no se lo puede llevar el primer equipo.
¿Se ha puesto a pensar con tranquilidad sobre lo conseguido este año en Gazituaga?
-Creo que aún no estamos mentalizados de lo que hemos conseguido. La gente de fuera de Zamudio es más consciente de lo que hemos hecho que la propia gente del pueblo. Lo valoran más. Es algo que me decepciona. Ese logro se ha hecho con juventud y recortando el presupuesto. El hecho de tener mucho dinero, ayuda, pero no garantiza tener títulos. A mí me gustaría que la mitad de los jugadores fueran de Zamudio, pero no jugarían en la categoría que estamos jugando. Es como si el Athletic se limitara a jugadores nacidos en Bilbao.
¿Y en el pueblo qué se dice?
-De todo. Si vamos a subir; otros, que hay que subir, otros que no, que es mucho. Algunos, que con mi dinero no? Hay de todos los colores.
¿Y cómo está la plantilla?
-Animada y expectante. Pero hay casos de todo. Lo que más me preocupa y me apena es que después de lo conseguido sea por el dinero por lo que no podamos jugar en Segunda B. Me da pena. El éxito deportivo no nos lo va a quitar nadie pero hay que hacer un ejercicio de responsabilidad y tener los pies en el suelo.
¿Cuál es el principal incremento económico?
-Son varios. Por los arbitrajes pasas de pagar 10.000 euros a 30.000. En Tercera cada partido cuesta 475 euros; en Segunda B, 1.400. Las fichas tienen que ser de profesionales. Está a punto de aprobarse que los gastos de la Seguridad Social, unos 60.000 euros, los asuma la Federación Española. Son ocho profesionales y simplemente su cartulina, que rellenas con la foto del jugador, vale 3.005 euros.
¿Qué tanto por ciento existe de que el Zamudio juegue en Segunda B?
-Diría que un 40%. Al final, 100.000 euros no te los pone cualquiera.