Bilbao - La lotería de la Champions League sí que podría utilizar la publicidad de que siempre toca, a unos para bien y a otros para mal. Todos los años el sorteo, caprichoso y juguetón, conforma algún grupo que pasa a llamarse de la muerte y este año al Sevilla le ha tocado bailar con la más fea. El conjunto sevillista quedó encuadrado en el Grupo D junto a la Juventus de Turín, el Manchester City y el Borussia Monchengladbach. Un subcampeón de Europa y campeón de liga, un potente y adinerado equipo top inglés, y un siempre competitivo equipo alemán. Aunque los sevillistas ya demostraron contra el Barcelona que casta y pundonor no les falta, los de Emery no parten como favoritos para conseguir superar la fase de grupos. El grupo depara además, un reencuentro entre la reciente incorporación nervionense, Fernando Llorente, y su exequipo, la Juve, por lo que el delantero navarro tendrá la oportunidad de demostrar su valía.
Mejor suerte tuvieron el resto de equipos españoles, sobre todo el Valencia, que sobre el papel que todo lo aguanta parte como claro favorito en el grupo H, en el que solo el Zenit de San Petersburgo debería de suponer un escollo importante para los del Turia. No parece que un Olympique de Lyon venido a menos o el Gent belga deban poner en problemas al conjunto de Nuno Espirito Santo. Y si suerte tuvo el Valencia, no menos fortuna depararon las bolas para el Barcelona, encuadrado en el Grupo E junto a Bayer Leverkusen, Roma y Bate Borisov. Los azulgranas deberían entrar en la fase eliminatoria de la competición como primeros de grupo, con el acicate además de poder incorporar a sus nuevas piezas en el segundo tramo del torneo. Arda Turan o Aleix Vidal entrarán a reforzar el equipo tras una fase de grupos que no tendría que ponerles en aprietos. Además Luis Enrique tendrá la oportunidad de comprobar in situ las nuevas armas de su exequipo, la Roma.
El Atletico de Madrid, por su parte, también salió muy bien parado del sorteo. Partiendo en el segundo bombo, se libró de los cocos más importantes y quedó emparejado con el campeón portugués, el Benfica. Un viejo conocido para la nueva incorporación colchonera, el colombiano Jackson Martínez, que hasta la temporada pasada militó en el eterno rival del club lisboeta, el Oporto de Julen Lopetegui. Completan su grupo el Galatasaray turco y el sorprendente Astana ruso, que se clasificó por primera vez en su historia para jugar en esta competición.
El Real Madrid, por su parte, no salió demasiado favorecido del sorteo. De entre los clubes que le podían tocar el destino quiso que el potente PSG francés se cruzase en su camino a octavos de final. La reciente incorporación parisina de Angel di María aportará al cruce un extra de morbo a un partido de grupos con tintes de semifinal. Los blancos además deberán medirse al Shakhtar Donetsk ucraniano, uno de los clubes más fuertes de entre los que se encontraban en el tercer bombo, un equipo siempre incómodo y rocoso. Cierra sus emparejamientos la cenicienta del grupo, el Malmo sueco, un conjunto para el que llegar a estas alturas de la competición ya es todo un premio. A pesar del duro grupo, el Real Madrid parte como claro favorito y tampoco debería sufrir para colarse en las eliminatorias.
Otro de los cruces que llenará páginas en los periódicos es el del Oporto de Iker Casillas con el Chelsea de Mourinho. El excapitán madridista tendrá la oportunidad de amargar la noche al entrenador que le relegó en el banquillo del Bernabéu, lo que supuso el principio del fin de la trayectoria del portero en el club que le vio crecer. Solo falta que comience a rodar la pelota, la suerte esta echada ¡No va más!