bilbao - Seis victorias, cuatro empates y una derrota es el bagaje en lo que va de segunda vuelta de una Cultural de Durango que, sin hacer ruido y con la posesión de balón por bandera, ha ido escalando peldaños hasta auparse a zona de play-off. El dulce momento de los blanquiazules no es una casualidad, sino el fruto de un proyecto que se inició hace dos años.

El bajo presupuesto impulsó a un cambio de filosofía, basada en la apuesta por jugadores muy jóvenes y de la comarca. De los 23 de la plantilla, solo siete proceden de fuera de Durangaldea. Uno de ellos es el central Unai Elgezabal (1993, Urduliz), que llegó este verano a Tabira tras militar los dos últimos años en el segundo filial del Athletic, el Basconia, donde aterrizó desde el Danok Bat tras su etapa como juvenil. Hoy, a las 18.00 horas, le toca regresar a Artunduaga consolidado como uno de los pilares defensivos de la Cultu, segundo equipo menos goleado del grupo, por detrás del Gernika.

“Siempre es especial el reencontrarse con gente con la que has compartido tantos buenos momentos, pero hay que afrontarlo como un partido normal, e importante teniendo en cuenta lo poco que falta”, reconoce Elge, que hoy no tendrá que frenar al máximo artillero del campeonato y autor de un doblete en el choque de la primera vuelta, Asier Villalibre, expulsado la jornada anterior. “Está en racha y sí nos beneficia que haya este tipo de bajas, pero tienen jugadores muy buenos y hay que respetarlos a todos”, apunta.

“Tanto el Basconia como nosotros nos caracterizamos por querer llevar la iniciativa con el balón. La clave puede estar en arrebatarles la posesión, para lo que habrá que estar intensos y compactos”, señala el central de 21 años de una Cultu que es cuarta con 52 puntos. Solo Portugalete (60), Arenas (57) y Gernika (57) le superan. Por detrás, acechan Beasain (51), Zalla (51) y Berio (48).

“Somos un equipo con jugadores de calidad, pero muy joven. No tenemos presión, vamos a disfrutar de esta situación y si podemos mantenerla, bienvenido sea”, analiza Elge, que llegó a Durango “en busca de continuidad y minutos”. “Tenía otras ofertas”, reconoce, pero “me decanté por la Cultu porque insistió mucho, el entrenador me conocía de enfrentarme a ellos en juveniles y sabía que priorizan el juego con balón, que es el que más me conviene”. En Tabira “me han acogido muy bien, la mayoría somos de la misma edad y hay muy buen ambiente”, agradece.

Encontró lo que buscaba, pues está siendo uno de los más utilizados por Imanol De la Sota, quien el reto del ascenso también se lo plantea “con ilusión, pero sin la presión que pueden tener otros, porque no hemos confeccionado una plantilla pensando en ascender”. Se muestra humilde, pero sin renunciar a nada. “Aunque somos un club modesto, no vamos a regalar nada, nos ha costado mucho sacrificio llegar hasta esta posición”, apunta De la Sota, que considera clave “el compromiso de todos los jugadores, desde los que más hasta los que menos juegan”.

También se muestra agradecido a la directiva presidida por Fernan Bilbao, que “apostó por mí sin tener experiencia en equipos senior”, reconoce el técnico que llegó del Iurretako, donde ejercía como segundo. Ya conocía la casa, pues había entrenado en categorías inferiores a algunos que han vuelto a ser sus pupilos. Éstos forman una plantilla joven, en la que solo superan los 25 años el portero Arribas, de 26, y dos que llegaron con el campeonato ya iniciado, el defensa Tito, de 32, y el delantero Abasolo, de 27. Los tres, curiosamente, tuvieron como parada previa a la de Tabira un Leioa actualmente en Segunda B. ¿Coincidencia o premonición? Mimbres para intentarlo hay para rato.