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Sigue la fiesta con Stuani y Caicedo

Sigue la fiesta con Stuani y CaicedoEFE

ESPANYOL 3-0 ALMERÍA

ESPANYOL: Kiko Casilla; Javi López, Álvaro, Héctor Moreno, Fuentes; Lucas Vázquez, Cañas, Abraham (Víctor Sánchez, min. 61), Salva Sevilla (Álex Fernández, min. 80); Sergio García y Stuani (Caicedo, min. 70).

ALMERÍA: Julián; Macedo, Trujillo, Vélez, Ximo Navarro; Verza, Thomas (Soriano, min. 46); Silva (Dani Romera, min. 72), Corona, Méndez (Espinosa, min. 79) y Hemed.

Goles: 1-0, min. 36: Stuani. 2-0, min. 39: Stuani. 3-0, min. 74: Caicedo.

Árbitro: Undiano Mallenco (comité navarro). Amonestó a Thomas, Abraham y Cañas.

Incidencias: Power8 Stadium, 16.792 espectadores.

cornellà - El Espanyol vive un enero de ensueño y el Almería fue víctima de su mejor versión, al encajar un doblete de Stuani en la primera mitad y, después de que el choque se convirtiera en un monólogo blanquiazul, recibir la sentencia de Caicedo en el minuto 74.

Sin apenas crear ocasiones, el bloque visitante poco podía hacer ante el desparpajo local. El resultado podría incluso haber sido más abultado. Ahora, los de Sergio González perseguirán ampliar la racha el jueves en Sevilla, en la vuelta de cuartos de la Copa, mientras que los andaluces encadenan el tercer partido de Liga sin puntuar.

El inicio del duelo fue un espejismo. Los de Juan Ignacio Martínez alcanzaban el área de Casilla con pocos pases y avisaron en varias ocasiones al meta.

En el minuto cinco, un disparo de Corona desde la frontal se quedó a centímetros del larguero. Más tarde lo probó Verza desde la misma distancia, sin éxito.

Los catalanes, que en los primeros compases habían merodeado la portería rival sin ninguna ocasión clara, se redimieron gracias al balón parado. Stuani, al cuarto de hora, mandó el balón a la madera al rematar de cabeza un córner. Y Álvaro conectó una pelota envenenada tras otro saque de esquina que Hemed, bajo palos, tuvo que frenar.

El anfitrión se fue entonando a media que transcurrían los minutos. Hemed estaba bien vigilado, la solidez blanquiazul era mayor y su contundencia, demoledora. - Efe