Bilbao - Virginia Berasategui, que este mismo mes organizará en Gorliz un campus de triatlón para jóvenes de entre 15 y 19 años, habló ayer en Radio Euskadi sobre su vida después de que a finales de junio del año pasado reconociera haberse dopado en el Triatlón de Bilbao, disputado el 18 de mayo. Al ser cuestionada por la razón por la cual recurrió a sustancias prohibidas justo en el certamen que debía servir como epílogo a su brillante trayectoria, la vizcaina afirmó que "cada día me hago esa pregunta. Quizás fue la culminación de un proceso de bastante autodestrucción, con una serie de problemas personales. Tras esa imagen de dureza soy bastante vulnerable y sensible y como persona caí en la tentación. No tengo excusa. Ahora lo pago cada día, no solo por la sanción. Alrededor de mí ha habido muchas desilusiones, pero también gente que sigue contando conmigo. Tengo que empezar a perdonarme a mí misma".

Sobre su decisión de ayudar a jóvenes que quieran progresar en el triatlón, reconoció que "ya he leído a gente decir que no soy un ejemplo para eso. Yo creo que sigo siéndolo. Lo he sido siempre, pese a haber cometido este error. Me ha costado llegar a este punto, aprendo cada día la lección y quiero demostrarme que sigo siendo ese ejemplo que era hasta hace meses. Lo hago perseverando y no quiero hacerlo con palabras, sino con hechos". También entiende Berasategui que la gente se pregunte que "yo, que he ganado un Mundial, he ganado Europeos... ¿cómo pude hacer eso en la última prueba, en casa? Mis miedos. Salió toda mi inseguridad, el miedo al después... No quiero que suene a excusa. Este tema ha hecho un corte importante en mi vida, ha hecho que me dé cuenta quién está realmente conmigo. Me he bajado del pedestal en el que las circunstancias me habían puesto y ahora valoro a mis amigos de verdad, por ellos lucho. Si me rindo ahora, les sentaría peor que el error que cometí". - K. T.