bilbao - La memoria es frágil. Prueba de ello es que todo el mundo parece haber olvidado el hostil oleaje que anunciaba con días de antelación la disputa de un Real Madrid-Barcelona en las últimas temporadas. El azuzador de tormentas era José Mourinho, quien curiosamente parece haberse convertido en un remanso de paz nada más pegarse el escudo del Chelsea en el pecho. Ahora el partido del siglo es importante, pero no tanto. Incluso aunque esté en juego el título de Liga, aunque la nómina de jugadores sea casi idéntica en uno y otro bando. La beligerancia se siembra, se riega y se recolecta. Lo saben Carlo Ancelotti y Tata Martino, cuyo rol durante esta semana se ha ceñido al fútbol, a aquello de dar patadas, solo al balón, para intentar marcar gol. Los dos han huido de polémicas, de la tentación de calentar el duelo, y han centrado sus esfuerzos en afinar, que no afilar, las virtudes de sus jugadores.
El Real Madrid acoge hoy, a las 21.00 horas, al Barcelona. Será la ocasión perfecta para deshacerse de uno de los aspirantes al título, puesto que los catalanes, de perder, quedarían a siete puntos de los blancos con solo nueve jornadas por disputarse. Carlo Ancelotti pondrá sobre el césped su once de gala, el que no ha podido alinear en demasiadas ocasiones por las diferentes lesiones y rotaciones, pero que en los últimos tiempos ha demostrado ser infalible. Los blancos acumulan ya 31 partidos sin perder, desde que sucumbieran, precisamente, ante el Barcelona en el partido de la primera vuelta. Fue aquel el punto de inflexión que puso punto final a las probaturas del técnico italiano. Aquel día su apuesta con Sergio Ramos de medio centro encendió una bombilla que le iluminó el camino hacia su mejor versión.
Con Benzemá recuperado de su golpe en la pierna y Pepe y Di María también en plenas condiciones, solo cuenta con la duda de Isco, que a pesar de estar en la convocatoria, debe dar carpetazo a un proceso gripal. Su capacidad de curación puede ser vital, puesto que la baja de Jesé le convierte en el hombre de banquillo que puede cambiar el partido en labores ofensivas si el guión se tuerce.
Ancelotti descarta que este envite, casi decisivo para una de las partes, pueda condicionar la final de Copa que disputarán los dos equipos: "Es otra historia, aquí tenemos una competición distinta, con un partido tan importante como otros partidos". Es más, destacó que no solo está en juego que Real Madrid y Barcelona queden a uno, cuatro o siete puntos de ventaja: "Creo que a mucha gente se le olvida que hay otro adversario muy peligroso como el Atlético de Madrid que puede tomar ventaja por nuestro partido".
En Barcelona, mientras tanto, Tata Martino ya tiene claro el once que jugará en Chamartín. Después de que Neymar diese vuelo a su hambre de gol desde el banquillo en la última goleada de Liga contra Osasuna, el brasileño será de la partida. El técnico argentino quiere poblar el centro del campo con Busquets, Xavi, Iniesta y Cesc. Todo es poco para quitarle el balón al Real Madrid. A partir de ahí, Martino aclara cuál es la fórmula para ganar al líder en su campo: "Jugar bien, elaborar bien, controlar la pelota, que no permitamos contragolpes al Madrid y evitar los uno contra uno en las bandas con Bale y Cristiano".
Son muchas tareas como para sacar los tres puntos con facilidad, pero el argentino es consciente de que no les valen las medias tintas: "El empate no es un buen resultado para nosotros. Lo que necesitamos es ganar el partido". Como siempre, su principal arma será Leo Messi, que tras estar desaparecido ante el Valladolid, ha recuperado su mejor versión goleadora ante Osasuna y Manchester City: "Después de Valladolid hemos revertido bien la imagen del equipo y transformado los dos partidos en buenas actuaciones y Leo está en la misma tónica. Es el jugador emblema de la institución y aparece siempre. Tenemos expectativas de que tenga un buen encuentro, porque si es así, sucederán cosas buenas".
En víspera de un partido vital, Martino no pudo evitar las preguntas sobre su continuidad en el banquillo blaugrana. No se dejó llevar por la corriente: "Es impagable ser entrenador del Barcelona, pero no sale gratuito estar en este cargo".