bilbao - Los hermanos Teixeira Vitienes, Fernando y José Antonio, árbitros cántabros que tienen el beneplácito de pitar en Primera División, coincidieron el pasado fin de semana en firmar dos actuaciones calamitosas, Fernando dirigiendo el Almería-Atlético de Madrid, el sábado, y José Antonio el Sevilla-Barcelona, el domingo.
Aunque no es la primera vez que se da esta coincidencia, sus errores han levantado ampollas por la relevancia de sendos encuentros.
"No hemos tenido mucha suerte con el arbitraje en los últimos partidos", dijo ayer al respecto Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, aunque quiso quitarle hierro al asunto añadiendo que "anteriormente sí la tuvimos".
Lo cierto es que Fernando Teixiera se comió tres penaltis y pitó uno inexistente, además de expulsar a Dani Aranzubía, al interpretar que el exportero del Athletic derribó en falta dentro del área a Zongo.
Pero los fallos de Fernando no terminaron ahí, puesto que dejó impune (ni señaló falta) una terrorífica entrada de Barbosa sobre Tiago Mendes, que tuvo que retirarse del campo lesionado en el minuto 66. El centrocampista portugués sufre un esguince de rodilla de grado II y fractura en la muñeca izquierda.
Al día siguiente su hermano, de menor edad aunque con más tiempo arbitrando en la máxima categoría futbolística, José Antonio Teixeira Vitienes, tampoco tuvo precisamente su día en el Sánchez Pizjuán de Sevilla, club que ayer emitió un comunicado a través de su web oficial "lamentando" el "estilo arbitral" del mayor de los Teixeira. En la nota de protesta se asegura, en base a las imágenes de televisión, que el Barcelona empató gracias a un "gol ilegal" en "clamoroso fuera de juego". La jugada, además, nació en una falta inexistente de Pareja sobre Lionel Messi.
El Sevilla también recuerda que en el minuto 43, con empate a un gol, "se produce una nueva decisión clave"; la de no expulsar al barcelonista Song, que ya tenía una tarjeta amarilla, por golpear el balón con la mano "de forma intencionada".