La guinda de la gran cosecha
Guardiola espera completar con la Copa Intercontinental la fabulosa herencia de Heynckes, responsable de la mejor temporada del Bayern en toda su historia
bilbao. Si todo discurre según la lógica futbolística, el próximo sábado día 21 el Bayern de Múnich y el Atlético Mineiro brasileño disputarán en Marrakech la final del Mundial de Clubes, donde Pep Guardiola tendrá la oportunidad de sellar el año mágico que el equipo bávaro cuajó bajo la dirección de Jupp Heynckes conquistando el último torneo oficial de la temporada, la antigua Copa Intercontinental o Copa Toyota.
El equipo alemán acude a la cita marroquí en su condición de campeón de la Liga de Campeones, egregio título que ganó imponiéndose en la final de Wembley (Londres) al Borussia Dortmund (2-1), su gran rival, a quien también arrebató la Bundesliga. Además se adueñó de la Copa alemana derrotando en final al Stuttgart (3-2) y logrando así, por primera vez en la historia del fútbol germano, la triple corona (Copa de Europa, Liga y Copa).
Semejante éxito ya lo obtuvo Pep Guardiola con el Barça en su primera temporada (2008-09). Un curso antológico y sin precedentes, pues ningún otro equipo ha logrado los seis títulos oficiales en juego como hizo el técnico de Santpedor. Aquel Barça espectacular liderado por Messi, Xavi e Iniesta además de adjudicarse Liga, Copa y Champions, sumó la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y la Copa Mundial de Clubes, que ese año tuvo por sede el emirato árabe de Abu Dhabi, derrotando en la final al Estudiantes de la Plata argentino (2-1).
Guardiola, sin embargo, no podrá repetir con el fabuloso Bayern actual su récord del Barça. Bajo su mando, el conjunto muniqués ya ha disputado dos finales en los albores de la presente temporada. Perdió la primera, la Supercopa de Alemania, frente al Borussia Dortmund (4-2), aunque pocos días después ganó la Supercopa de Europa al Chelsea en la tanda de penaltis (2-2) en un encuentro marcado por el morbo, pues al mando del equipo londinense estaba su gran antagonista en el Real Madrid, el portugués José Mourinho.
suramérica contra europa En las ocho ediciones anteriores del Mundial de Clubes, torneo que bajo este formato y el manto oficial de la FIFA comenzó su andadura experimental en el 2000, pero que no tomó cuerpo hasta el 2005, siempre jugó la final el representante europeo y solo en una ocasión (2010) no lo hizo el campeón de la Copa Libertadores. Entonces se clasificó el Mazembe Englebert africano. El equipo congoleño se impuso en semifinales a los brasileños del Internacional de Porto Alegre, aunque en la final claudicó frente al Inter (3-0), que tuvo en Eto'o a su figura estelar. El equipo italiano se adjudicaba así su tercera Intercontinental tras las de 1964 y 1965.
Bajo el nuevo formato, la FIFA congrega a los campeones de sus diferentes confederaciones disfrazando el torneo de mundial, aunque en esencia sigue siendo lo mismo: el tradicional desafío futbolístico entre Europa y Suramérica iniciado en 1960. De hecho, sus respectivos representantes entran en liza en la ronda de semifinales. El Bayern lo hará el próximo martes, en Agadir, frente al Guangzhou Evergrande, que ayer se impuso al Al Ahly (2-0); y el Atlético Mineiro el miércoles ante el Raja Casablanca, que ganó en cuartos de final al Monterrey (2-1).
reencuentro en marrakech Si la tradición se cumple, Pep Guardiola se encontrará en la final con un viejo conocido, Ronaldinho. Cuando el técnico catalán se hizo cargo del Barça en 2008 en sustitución del holandés Frank Rijkaard una de las primeras decisiones que tomó fue pedir a la gerencia del club catalán el traspaso de Ronaldinho, a quien consideraba un elemento desestabilizador del vestuario y además no entraba en sus planes.
Ronaldinho fue traspasado al Milan, donde estuvo tres campañas. En enero de 2011 regresó a Brasil contratado por el Flamengo con un fabuloso contrato para lo que es habitual en aquellos lares. Dinho tuvo problemas para cobrar los 5,5 millones anuales firmados y rescindió el acuerdo. En junio de 2012 se comprometió con el Atlético Mineiro y allá recuperó sus esencias. Logró títulos y honores y fue decisivo en la conquista de lo que hasta ahora es el mayor logro internacional del club, la Copa Libertadores, conseguida imponiéndose a doble partido al Olimpia de Asunción. Ahora, a sus 33 años, Ronaldinho abandera el desafío. Un sueño que mece las ilusiones de los torcedores del equipo de Belo Horizonte: La Intercontinental, trofeo prioritario para los suramericanos. Pero Guardiola no lo desdeña, como lo volvió a demostrar en la edición de 2011, cuando su Barça ofreció otra magistral lección triturando al Santos (4-0), donde Neymar apenas tuvo protagonismo. Entonces tomó la decisión: ligar su futuro al club azulgrana.
Este torneo evalúa además la capacidad de Marruecos para organizar eventos futbolísticos de cierta envergadura, ya que pretende ser la sede del Mundial de 2026, cuando África vuelva a tener otra oportunidad de acoger el gran festival del fútbol.