SE esperaba con sumo interés la comparecencia de Vicente del Bosque en Bilbao y la conferencia ofrecida ayer por el seleccionador estatal no defraudó a quienes se dieron cita en la sala BBK, situada en la Gran Vía de la capital vizcaina. Con sus ayudantes Toni Grande y Miguel Gutiérrez presentes en una cita en la que también se dejó ver José Mari Amorrortu y que tenía como razón de ser conmemorar el centenario de la Federación Vizcaina de Fútbol, el exentrenador del Real Madrid y actual técnico campeón de Europa y del mundo tomó la palabra bajo el título Entrenador y Liderazgo para profundizar en todo lo relacionado con la gestión de grupos y las maneras en las que llevar las riendas de un vestuario profesional.
Lo hizo con su sosiego habitual, aliado a una calma inalterable y tirando de pequeñas dosis de humor para alterar los biorritmos de una charla en la que el Athletic también tuvo su pequeña cuota de protagonismo. Fue en medio de un extenso dialogo con el periodista vizcaino Santiago Segurola cuando Del Bosque, cuestionado por el arranque de temporada de los rojiblancos, respondió de manera clara, valorando positivamente el inicio de campaña de los leones. "Están haciendo una buena temporada con Ernesto Valverde, un entrenador al que tengo en buena estima", afirmó el técnico salmantino, para añadir acto seguido que "el Athletic tiene un grupo homogéneo y buenos jugadores, desde Iraola hasta Muniain; vivieron dos años con Marcelo Bielsa y seguro que eso otorgó a los jugadores mucha riqueza".
Un aprendizaje procedente de las entrañas del entrenador, en el que confía ciegamente un Del Bosque que ofreció distintas pinceladas de lo que supone para él dirigir a un equipo. La tarea, más allá del balón y de lo puramente deportivo, consta también de todo lo relacionado con "las relaciones humanas", según subrayó el salmantino, un aspecto que tiene que ver con la "personalidad" de cada uno. Y es que según el seleccionador estatal, que no quiso entrar a valorar temas calientes como el de Diego Costa, limitándose a afirmar que el ariete del Atlético de Madrid es un "buen chico" que ha tomado una "complicada" decisión y que no por ello tiene un crédito "ilimitado", la correcta gestión de un vestuario necesita de entrenadores con una serie de características intrínsecas a su persona.
Ser un técnico vocacional, íntegro, buen observador y capaz de escuchar a sus ayudantes y jugadores para lograr la cohesión del vestuario y completar ideas y planteamientos son algunas de las características a las que otorgó ayer suma importancia Del Bosque, partidario del diálogo "positivo" con los futbolistas, pero siendo estos conscientes de quién es "el padre y la madre" en cada caso y que "se note la presencia del entrenador cuando entra en el vestuario". En definitiva, aspectos del día a día y maneras de conducir a un amplio número de futbolistas con hambre de minutos, que trata de mantener y llevar a cabo sin olvidarse nunca de quién es, puesto que, al final, "cada uno tiene que ser como es y comportarse de manera natural".
Elogios hacia sus jugadores Asimismo, cuestionado por nombres propios de la selección estatal, en la que confesó que "nunca hemos tenido que poner ninguna multa, porque no creemos en esos castigos", Del Bosque subrayó la categoría futbolística de Sergio Busquets y Xabi Alonso, sin querer profundizar en la situación profesional que vive el capitán de la selección Iker Casillas. No en vano, sin llegar a sentirse sensiblemente incómodo por dichas cuestiones o debates, el propio seleccionador estatal reconoció que cuando más a gusto se sintió en su carrera profesional en los banquillos fue en los años en los que estuvo inmerso en las categorías inferiores del Real Madrid. "Mi vocación era la enseñanza y pensaba que iba a estar toda la vida entrenando en las categorías inferiores, donde más a gusto me sentía y me he sentido, pues disfrutaba mucho de esa naturalidad del fútbol de abajo".
Reparto de méritos Sin embargo, el tiempo transcurrió, el tren de dirigir al primer equipo del Real Madrid paró en su estación y, después, el de comandar desde el banquillo a una selección española que hizo historia bajo su batuta al proclamarse campeona del mundo en 2010. Un éxito del que el seleccionador salmantino, que volvió a resaltar ayer su "gran simpatía" hacia el Athletic desde que era pequeño, responsabiliza mayoritariamente a los futbolistas, puesto que "un entrenador tiene que dar las herramientas a sus jugadores, pero al final son estos los que salen a jugar y ganan".
Una manera de entender el fútbol, de honrarlo en cada comparecencia pública y en cada partido que se tercie, que lleva a rajatabla Vicente del Bosque, quien negó la existencia de un modelo único de fútbol, mientras ahondaba en la necesidad de ser "flexible", pero también de saber "tomar decisiones" a la hora de dirigir un grupo de futbolistas, a los que calificó de manera amable como unos "empleados especiales".