barcelona. Una renovación de la plantilla o la evolución del esquema sobre la misma base. Estas son las dudas pendientes que tiene el Barça el día después de su dolorosa eliminación en la Liga de Campeones, decisiones que deberá adoptar desde el más que posible éxito en el campeonato liguero. Por eso gestionar la situación habiendo ganado la Liga es el reto que se le presenta a la directiva de Sandro Rosell, quien en el primer año tras Guardiola deberá tomar decisiones de calado.
El año de Tito Vilanova al frente del equipo ha sido complicado. La recaída del entrenador y también la de Eric Abidal han supuesto una dificultad añadida para un equipo que lo venía de ganar todo, de marcar una época en el fútbol y tuvo que afrontar un cambio en la dirección técnica. La primera vuelta del campeonato liguero fue pletórica. El Barça batió todos los récords, comandado por un espectacular Leo Messi, quien en enero volvió a levantar el Balón de Oro. No había dudas sobre el entrenador, que continuaba en la senda de Guardiola, pero todo empezó a torcerse cuando Vilanova tuvo que abandonar Barcelona e instalarse en Nueva York para someterse a una tanda de sesiones de quimioterapia.
Sin el referente de Vilanova, y a pesar de la gran responsabilidad depositada en su ayudante Jordi Roura, se resintió la gestión de la plantilla.
Vilanova, que sabía que sería comparado con Guardiola desde el primer minuto, ha demostrado tener menos ataques de entrenador que su predecesor, menor capacidad para intervenir en el desenlace de los partidos y una gestión más conservadora de los recursos.
Jugadores deslumbrantes en partidos ligueros puntuales como Cristian Tello pasaban de titular a la grada y otros, como Marc Bartra, han pasado de no contar a jugar como titular los dos partidos de semifinales de la Champions. Carles Puyol, aquejado de múltiples problemas físicos, fue intervenido y se perdió la parte trascendental de la campaña, Xavi Hernández ha estado renqueante muchas semanas, Busquets ha jugado con una pubalgia muchos encuentros y Mascherano también se lesionó y ha sido baja durante unas cuantas semanas.
Tanto el presidente, Sandro Rosell, como el técnico aseguran que la autocrítica se hará de puertas hacia dentro. Rosell ha aplazado cualquier análisis a la conclusión de la temporada, una campaña en la que el brasileño Neymar será la principal apuesta ofensiva.
Desde el vestuario, Gerard Piqué, ha reclamado que se deben "tomar decisiones" con vistas al futuro. Cesc Fàbregas, uno de los más cuestionados, ha recordado que los grandes equipos juegan todos con el mismo dibujo táctico (4-2-3-1), diferente al del Barça, tal vez apostando por un cambio en el esquema del equipo.
Guardiola descarta volver
Por su parte, Guardiola, que la próxima campaña dirigirá al Bayern, ha descartado volver en un futuro al Barça, ya que ha dado por "cerrada" incluso la posibilidad de convertirse un día en su presidente. "¿Si volveré al Barça? Mi etapa en el Barcelona está cerrada. Uno nace, crece y se hace mayor", dijo ayer. Guardiola añadió que la decisión de dejar un club la debe tomar "uno mismo" y ha admitido haber sido "feliz" en Barcelona.