BARCELONA: Valdés; Alves, Piqué, Adriano (Min. 62, Bartra), Jordi Alba, Sergio Busquets, Xavi, Iniesta, Villa (Min. 84, Song), Cesc (Min. 62, Messi) y Pedro.
PARÍS SAINT-GERMAIN: Sirigu; Jallet (Min. 88, Van der Wiel), Alex, Thiago Silva, Maxwell, Verratti (Min. 84, Beckham), Thiago Motta, Lucas Moura, Lavezzi (Min. 81, Gameiro), Pastor e Ibrahimovic.
Goles: 0-1: Min. 50; Pastore culmina un contragolpe. 1-1: Min. 71; Pedro, tras jugada iniciada por Messi apoyándose en Villa.
Árbitro: Björn Kuipers (Holanda). Mostró tarjeta amarilla a Adriano (Min. 42), Lavezzi (Min. 80), Thiago Silva (Min. 85) y Beckham (Min. 90).
Incidencias: Unos 96.022 espectadores en el Camp Nou.
bilbao. Messi salió en el minuto 62 y el panorama cambió radicalmente. Fue un impacto súbito. Auténtico terror psicológico. Hasta entonces, el PSG llevaba el partido a las mil maravillas. Estaba por delante en el marcador y había dispuesto de varias ocasiones claras para ampliarlo, convirtiendo al portero Valdés en uno de los héroes de la noche. Pero sobre todo tenía controlado al Barça. Irreconocible, el trasatlántico azulgrana navegaba a la deriva, sin patrón. No daba una a derechas y no encontraba la portería de Sirigu ni por equivocación.
Messi no necesitó realizar alarde alguno. Simplemente bastó su presencia para trastocar el sino del partido y la eliminatoria. Contagió energía a los suyos, acongojó al rival. Se le notaba a Messi las secuelas de su lesión. Ninguna carrera explosiva. Asociarse, tocar, devolver, pero piano. A los ocho minutos de entrar en el partido tomó el balón sobre el centro del campo, se acercó al balcón del área, se apoyó en Villa, que atrajo sobre sí a los centrales. El delantero asturiano tuvo la habilidad de tocar hacia atrás, sobre la entrada del dinámico Pedro, que engatilló el balón batiendo a Sirigu, poniendo el empate en el marcador y enfilando al Barça hacia su sexta semifinal consecutiva de la Champions.
Tardó el PSG en darse cuenta del engaño, porque Messi impone hasta cojo, y para cuando quiso reaccionar el Barça había recobrado la autoestima y apuntalado con Bartra y Song su vulnerable sistema defensivo. Aún así, hubo pelea hasta que el encuentro se fue consumiendo entre una tensa incertidumbre. Pocas veces se le ha visto al Barça tan vulnerable en un partido de enorme responsabilidad y trascendencia.
El PSG había dado el golpe en la primera parte en base a una gran defensa liderada por Thiago Silva y un despliegue veloz hacia el área azulgrana, con el bullanguero Lavezzi, el rapidísimo Lucas Moura y los eficaces Ibrahimovic y Pastore, autor del gol parisino. El PSG se lo llegó a creer. Y en esas salió Messi.