Bilbao. El Zenit de San Petersburgo ha conmocionado el mundo del fútbol con la inversión de cien millones de euros en la contratación del delantero brasileño del Oporto Hulk (60 millones) y el centrocampista belga del Benfica Axel Witsel (40 millones). La espectacular operación se produjo el pasado lunes, pocas horas antes de que el mercado ruso cerrara las inscripciones para las competiciones de la UEFA, en una clara exhibición de poder económico al amparo de su dueño, el consorcio Gazprom, la gigantesca empresa de gas natural que también patrocina al Schalke 04 y a la Liga de Campeones.

El Zenit, actual campeón y líder de la Liga rusa, daba así un enorme paso cualitativo, lanzando a la europa futbolística un serio aviso. Quiere formar parte definitivamente de la aristocracia continental.

Los primeros flirteos comenzaron en 2008, cuando bajo la dirección técnica del holandés Dick Advocaat ganó por primera vez un trofeo internacional, la Copa de la UEFA, derrotando en la final al Glasgow Rangers por 2-0, y tres meses después, el 29 de agosto, la Supercopa de Europa tras vencer por 1-2 al Manchester United, convirtiéndose en el primer equipo ruso que lograba semejante hazaña.

Pero su progresión europea se atascó ahí. Ahora el reto está planteado sobre el escenario principal, la Liga de Campeones, competición en la que debutará el próximo día 18 enfrentándose al Málaga en La Rosaleda. Zenit y Málaga forman parte del Grupo C de la Champions, junto con el Anderlecht belga y el Milan.

Entrenado por el técnico italiano Luciano Spaletti, el Zenit se articula sobre la columna vertebral de la selección rusa, configurada por Malafeev, Shirokov, Semak, Denisov y Kerzhakov. Además, destaca el defensa internacional portugués Bruno Alves, el delantero Danny, también luso, y el lateral italiano Criscito. Nada del otro mundo.

Pero con las incorporaciones de Hulk y Witsel, el Zenit pretende elevar su nivel competitivo para mantener su dominio en la Liga rusa, que lidera con 16 puntos, los mismos que el Terek Grozny tras siete jornadas de competición; y sobre todo irrumpir con fuerza en la Champions.

Las estrellas de Portugal Givanildo Vieira de Sousa, apodado Hulk por su parecido con el forzudo hombre verde del conocido cómic de la factoría Marvel, destaca por su potencia, desborde y capacidad goleadora, con 78 tantos anotados en 181 partidos con el Oporto, club con el que ha conquistado tres Ligas (2009, 2011 y 2012), tres Copas de Portugal (2009, 2010 y 2011) y una Europa League (2011), entre otros títulos, durante las cuatro temporadas que ha formado parte de los Dragoes.

Internacional por Brasil, Hulk que pasaba por ser la máxima estrella de la Liga portuguesa, tenía una cláusula de rescisión que ascendía a los 100 millones de euros, la más alta del fútbol luso, y contrato hasta 2016. Pero la oferta del Zenit resultó imposible de rechazar.

Pocas horas después, el club ruso asestaba otro golpe de efecto, esta vez haciéndose con el crack del otro grande del fútbol luso, el Benfica.

El belga Axel Witsel, de 23 años, ya estaba en la órbita del fútbol ruso, especialmente en la del Anzhi. Sin embargo, el presidente del club lisboeta, Luis Filipe Vieira, fue inflexible sobre el traspaso de una de las joyas de la corona. O cláusula o nada. Y fue cláusula.

Y fue el Zenit quien desembolsó los 40 millones para liberar al internacional por Bélgica, que negoció el contrato desde su país, donde está concentrado con la selección.

Fichado el pasado año por unos ocho millones de euros del Standard de Lieja, Witsel es un fuerte y técnico centrocampista que destaca por su calidad de pase y visión de juego.

Sin embargo tanto a Hulk como a Witsel les aguarda todavía el lógico proceso de adaptación a la Liga de un país descomunal, que ha variado su sistema de competición para adecuar sus ciclos a los europeos; y comienza a desperezarse de su letargo con la traza amenazante de un enorme oso al amparo de las grandes empresas rusas, megamillonarios o bajo el reclamo que supone la organización del Mundial de 2018.

despertar del fútbol ruso Otros equipos también se están desperezando, como el Spartak de Moscú, el club con más títulos de Rusia, que bajo la dirección del técnico vasco Unai Emery está a solo un punto del Zenit en la Liga y acaba de incorporar en sus filas al centrocampista Jurado, fichado del Schalke; o el Rubin Kazan, actual campeón de la Copa, donde ha encontrado acomodo el exrojiblanco Pablo Orbaiz o el venezolano Rondón, traspasado por el Málaga a cambio de 10 millones.

Sin embargo, por capacidad inversora, es el Anzhi del oligarca Suleiman Kerimov, que gastó 150 millones en fichajes la pasada temporada, entre ellos en Samuel Eto'o, el futbolista mejor pagado del mundo con 20 millones de euros anuales, el gran antagonista en teoría del Zenit. De momento disputa la Europa League, y fuera de la ciudad caucásica por razones de seguridad.