Bilbao. Miki Roqué no pudo ganar su lucha contra el cáncer y falleció ayer a los 23 años de edad. El exjugador del Betis fue intervenido el pasado mes de junio de un tumor maligno en la pelvis.
El catalán anunció su retirada de los terrenos de juego en marzo del 2011, a causa del cáncer óseo que a la postre le ha costado la vida. A pesar de que el seguro del jugador no cubría este tipo de intervenciones el Betis se hizo cargo de la operación. Además, numerosos jugadores de Primera División mostraron su apoyo y ayudaron a recolectar dinero.
Roqué nació en la localidad leridana de Tremp y se formó en las categorías inferiores del Lleida, pero en edad juvenil fue reclutado por el Liverpool, en cuyo primer equipo debutó con 17 años en un partido de Liga de Campeones. Después de varias cesiones, Roqué fichó por el Betis en 2009 y militó durante dos temporadas en el filial, hasta que el entrenador bético, Pepe Mel, lo hizo debutar con el primer equipo, en Segunda, en octubre de 2010.