BIlbao. José Mourinho, técnico del Real Madrid, dio otra vuelta de tuerca al afrontar su complicada situación en el Real Madrid y no desmintió que vaya a abandonar el club el próximo 30 de junio. Lo dijo en la previa del clásico copero ante el Barça, donde se mostró serio y con pocas ganas de responder a las preguntas de los periodistas, donde ya no tiene defensores, y cuando su equipo debe remontar en el Nou Camp (22.00 horas, Canal+) el resultado adverso (1-2) del partido de ida.

Mou estuvo seco y cortante, como dando la impresión de que está buscando una salida del club blanco tras desvelarse sus diferencias con el sector español de la plantilla y su incapacidad manifiesta para doblegar al Barça. "Pregunta a tu compañero", respondió Mourinho cuando fue cuestionado acerca de si va a abandonar el Real Madrid a final de temporada, como se afirmó en el programa televisivo Punto Pelota.

"No sé nada de filtraciones", aseguró cuando se le preguntó por la búsqueda de un topo dentro del vestuario que ha filtrado varias informaciones en los últimos días.

Mourinho utilizó el "no sé" para responder varias preguntas. Así respondió a si por su cabeza pasa no marcharse del Real Madrid hasta que no gane la Champions o a las razones por las que un sector del público del Santiago Bernabéu ha comenzado a silbar su nombre. "Preguntad a la gente, no a mí", añadió.

En el momento tenso que vive en el Madrid, Mourinho desmintió que sea el peor desde que llegó hace un año y medio al club. "Es un momento bueno, muy bueno", destacó.

Con la misma brevedad aseguró que él no "provoca clanes" dentro del vestuario entre futbolistas de distintas nacionalidades y no quiso dar ni una explicación del planteamiento que hará para intentar remontar en el Camp Nou el 1-2 de la ida copera.

"No respondo. Soy entrenador y la decisión es mía. No tengo por qué decirlo públicamente", sentenció en una tensa rueda de prensa.

El 1-2 en la ida, la sensación de superioridad azulgrana, el pisotón de Pepe y los rumores sobre el futuro de José Mourinho, cuestionado incluso por la propia hinchada madridista, centran un partido de vuelta en el que los barcelonistas lo tienen todo a su favor frente a un rival excelso en la Liga, pero que padece la tiranía del equipo de Pep Guardiola en las eliminatorias.

El Barça pasó por encima en las semifinales de la Champions de la temporada pasada (0-2 y 1-1) y ha encarado con un 1-2 la actual de Copa. Extrapolando los datos a la llegada de Guardiola, los números son muy favorables a los azulgranas: nueve victorias, tres empates y una derrota (la final copera de Mestalla).

Pero fiel a su manera de entender el fútbol, Guardiola ha pedido trabajo y recelo ante las opciones de clasificación del rival, consciente de que la eliminación en la Copa también pudiera tener daños colaterales en la lucha por la Liga.

Pero Guardiola no se fía. "El problema de este partido es que nosotros ya estamos clasificados y ellos eliminados, y todavía no hemos jugado", alerta Guardiola, quien intuye que el Madrid "marcará al menos un gol" en el Camp Nou y que "la eliminatoria no se decidirá hasta los minutos finales".