BILBAO. Mientras el Portugalete se las ve y se las desea para aferrarse a la zona de play-off, o el Barakaldo lo hace dando una de cal y otra de arena; el Gernika lidera su grupo en Tercera División con una ventaja sustancial -43 puntos, ocho más que los jarrilleros, que son quintos en la tabla- que esta tarde podría acrecentar en Sarriena en un compromiso que su entrenador, Pablo Turrillas (Deba, 18-XII-1963) atisba como "punto de inflexión" de cara a esta segunda vuelta y tras haber cedido una sola derrota, en el feudo del Laudio, en lo disputado de temporada. El resto de los partidos de la vigésimo primera jornada que se adelantan a hoy son los siguientes: Cultural de Durango-Laudio (17.00 horas), Zamudio-Balmaseda (17.00 horas) y Zalla-Basconia (17.30 horas).
¿Responde a la realidad la excelente campaña del Gernika?
Mantenerse ahí es complicadísimo pero con la suma de las victorias cada vez hemos ido adquiriendo más confianza. Con todo, tenemos los pies en el suelo. Hace un tiempo les dije a mis jugadores una frase que le había escuchado a Pep Guardiola y que me dejó huella: "Los halagos debilitan". Desde luego que todos esos parabienes que nos llegan del entorno, de nuestros aficionados, los hemos tenido en cuenta, pero tampoco demasiado. La clave es seguir como hasta ahora, partido a partido. Yo suelo utilizar otra cuña que es mía "Nuestro futuro es el presente", y no intento ir más allá del próximo partido.
¿Ha sido Turrillas el primer sorprendido con este liderato?
Cuando llegue aquí lo primero que me dijo la directiva es que no teníamos el play-off como objetivo impepinable, que esta campaña se trataba de hacer un trabajo serio de cara a no pasar los problemas del anterior ejercicio. Era impensable que ya en plena segunda vuelta estaríamos en esa posición, pero esto es fútbol. Sabía que comenzar bien nos daría confianza y tranquilidad y en estos momentos este mes de enero creo que puede ser determinante. Si salimos bien de él, ¿por qué no vamos a estar entre los cuatro primeros allá por mayo? O líderes.
¿Qué receta ha empleado para conseguir tan buenos resultados?
Pensar en el día a día y la implicación de todos los jugadores de nuestro equipo, que aprietan mucho y con intensidad en cada entrenamiento. A ello se une la conjunción de veteranía y juventud. Es un cóctel que nos está saliendo muy bien.
¿Personalizaría el éxito en algunos jugadores de la plantilla?
Sí, en quienes no disputan muchos minutos. Podríamos hablar de la gente que todos sabemos que atesoran gran calidad (Aimar, Endemaño, Salutregi...), pero son los que menos juegan quienes más compiten a diario y aportan la calidad que se necesita en los entrenamientos, además de ritmo de competición.
¿Notan la presión del favorito?
Se va notando que cada partido es ya una pequeña final. Antes pasábamos desapercibidos pero ahora todos nos quieren ganar. Bienvenida sea la presión de ser el líder y no de pelear por el descenso, que esa sí es dura. A los jugadores les he dicho que si alguien tiene que cargar con ella, yo doy un paso adelante. A ellos les toca disfrutar del momento presente.
¿Le ha sorprendido la fragilidad de Barakaldo o Portugalete?
Un poco sí. Barakaldo, Leioa, Laudio y Portugalete eran los llamados a estar ahí. Pero la igualdad es mayor de la esperada. A cualquiera le cuesta una barbaridad ganar. Tanto nosotros, por los problemas que pasamos, y el Zalla, que hizo un equipo nuevo al completo, somos las grandes sorpresas de la temporada.
El Gernika solo ha perdido un partido, a domicilio y ante el Laudio, y hoy se plantan en Sarriena, otro de los escenarios más complejos.
El Leioa es otro de los gallos, creo que al final estará peleando ahí. Es un encuentro que puede significar muchas cosas de cara al futuro para nuestro club. Si ganamos, le meteremos ya al propio Leioa una considerable cantidad de puntos, además del average, que desde este instante es algo que puede decantar la balanza hacia uno u otro lado. Si vencemos también en este campo, anímicamente la gente cogería mucho más aire porque dispondríamos de una renta muy jugosa. Este partido está marcado en rojo, en negro y hasta en mayúscula. Vamos a salir a por todas pese a la dificultad que entraña. Yo estoy convencido de que puede suponer un antes y un después, por lo que me lo voy a tomar como una pequeña final, una final anticipada.