"Con los líos que hay allí, bastante hizo el equipo"
Javier Clemente ya no es seleccionador de Camerún, que ahora persigue un técnico con "carisma" y que "no se deje influir" en las convocatorias
BILBAO. Tras semanas de rumores procedentes del entorno de la Federación de aquel país, Javier Clemente ya no es seleccionador de Camerún. La oficialización de su destitución saltó a primera hora de la tarde de ayer y minutos después fue ratificada por el propio entrenador vizcaino en conversación telefónica con este periódico. "Estamos a expensas de tener una reunión, pero sí me han confirmado que no voy a seguir en el cargo", asintió el baracaldés, que achacó esta decisión al hecho de no haber clasificado al equipo liderado desde el terreno de juego por Samuel Eto'o para la Copa de África.
La causa reside en "no tener en la mano" ese billete para dicho campeonato "pero esto es algo que ya se sabía desde hace tres meses". Más sorprendentes aún fueron los argumentos ofrecidos desde el ente federativo por boca de su secretario general, Sidiki Tombi. "Lo que Camerún necesita es un entrenador carismático que no se deje influir fácilmente para convocar a tal o cual jugador simplemente porque él ha estado en su equipo varios años o porque es un amigo de un alto oficial de la Federación", justificó el alto cargo de fútbol camerunés, refiriéndose así a las acusaciones del poder que presuntamente habían acumulado determinados futbolistas y a las sospechas sobre la división entre los internacionales.
"Clemente y sus ayudantes fueron debidamente informados (vía e-mail) de que fueron relevados de sus funciones. Un nuevo entrenador será nombrado muy pronto, quizá dentro de algunas horas, porque ya hay una lista de candidatos en el Ministerio de Deportes", prosiguió Tombi, que hizo alusión a las características y al perfil del míster que pretender firmar. "También debe ser una persona que acepte a vivir aquí, en Camerún, y con el salario que se le proponga, sea cual sea", zanjó.
demasiadas trabas Clemente, para quien deportivamente la experiencia ha sido pese a todo "enriquecedora", fue nombrado seleccionador en agosto del año pasado para reemplazar al francés Paul Le Guen, despedido tras el triste papel de los leones indomables en el Mundial de Sudáfrica. El Rubio de Barakaldo ha incidido a lo largo de este periodo en las complicaciones de logística y a todos los niveles que reinan en Camerún, puesto que son escasísimos los campos de fútbol y ni los más jóvenes están en la tesitura de poder dedicarse a este deporte por las calles. "Con los líos que hay allí, bastante hizo el equipo", se sinceraba ayer. De hecho, ni siquiera hay competiciones escolares tal y como las entendemos aquí donde los chavales puedan crecer. Algo que va en consonancia con el pobre nivel de vida social y económico que existe en aquella zona.
El equipo de Clemente acabó su fase de clasificación para la Copa de África en el segundo puesto con tres victorias, dos empates y una derrota, y fue Senegal quien se hizo con el pasaporte. La suerte no acompañó a Camerún -ha conquistado el título continental en cuatro ocasiones y solo se había quedado fuera de la fase final dos veces- en las citas decisivas, ya que se le escaparon los puntos ante su rival más directo en los últimos minutos en sendos partidos cruciales, tanto en casa como fuera. El míster vizcaino, que tenía contrato hasta 2012, dirigió su último choque hace unas semanas, con triunfo (3-2) contra la República Democrática del Congo.
Ahora es el momento de las quinielas para buscarle sustituto. Algunos medios sostienen que el francés Denis Lavagne, el entrenador del Coton Sport, campeón del país, es el favorito para sucederle, pero el exinternacional Patrick Mboma también está entre los candidatos. El pasado mes la Federación camerunesa emitió un comunicado negando que tuviese un acuerdo para que el exseleccionador galo Raymond Domenech se hiciera cargo del banquillo. Mientras tanto, es seguro que a Clemente le llegarán ofertas para hacerse con algún conjunto estatal, aunque otra historia es que quiera llevar las riendas de un nuevo club en apuros, como ya le ocurrió con el Valladolid hace dos temporadas, a quien pese a todo estuvo a punto de salvar del descenso de no ser porque se la jugaba en la última jornada en casa de un Barça que debía ganar para proclamarse campeón.