'Scottish' Liga
Las goleadas del Barça y el Madrid en la primera jornada acentúan que la competicón es cosa de dosAmbos imperios absorben el gran flujo de los contratos televisivos, que reparten migajas a los demás
bilbao. Jornada 1, campaña 2011/12: 6-0,5-0; Madrid-Barcelona, Zaragoza-Villarreal, las coordenadas que rigen la cartografía de la Liga BBVA, donde no se esperan más retadores que los imperios de Guardiola y Mourinho. Para José María del Nido, presidente del Sevilla: "La mayor porquería del mundo". La reflexión del mandatario sevillista es un pensamiento cada vez más extendido entre los aficionados, que asisten a una competición devaluadísima, a un duelo único, exclusivo de la esgrima de la aristocracia, en el que solo los floretes del Barcelona y del Real Madrid poseen capacidad para coronarse en la sala de trofeos, vetada para ningún otro por el obsceno caudal de dinero que separa a las dos superpotencias futbolísticas con el resto del pelotón, que deben conformarse con las migajas que caen de las fauces de ambos leviatanes, insaciables. La bipolaridad, cada vez más acentuada, esprinta vertiginosamente desde el amanecer del torneo y su metástasis puede cobrarse como víctima a la propia competición. Los Titanic de Madrid y Barça se construyen en los astilleros de los derechos televisivos, cuyo talonario decora con papel de oro desde el casco hasta la grifería, mientras que el resto de la flota se conforma con pintura acrílica para combatir el óxido de la embarcación.
Barcelona y Real Madrid perciben de Mediapro, principal operador televisivo que guerreó con el conglomerado Prisa para hacerse con el fútbol, 140 millones de euros por barba. La monstruosa cantidad con la que la televisión alimenta el puente aéreo Madrid-Barça, sostiene más del 25% de unos presupuestos homéricos que superan los 400 millones, (405 para los catalanes y 450 para los madrileños) que ha perforado la credibilidad del torneo, herrumbrosa de punta a punta, por la sideral diferencia de dinero que manejan unos y otros y que se evidencia de la misma forma sobre el césped. Nadie puede fichar tanto y tan caro como el Barcelona y Real Madrid, que debilitan cualquier tipo de oposición extirpando los mejores jugadores de los demás debido al músculo financiero que lucen en el despacho de Rossell y Florentino Pérez. "Es una Liga tercermundista en la que dos clubes sustraen el dinero de la televisión de los demás que competimos", analiza Del Nido, que exige un reparto más equitativo de los derechos televisivos para que el torneo recomponga la competitividad que tuvo antaño cuando varios equipos discutían a Real Madrid y Barcelona, reducida ahora a escombros, a un asunto que únicamente compete al Barcelona, el Madrid y sus cuitas en los clásicos sean estos en el formato Liga, Copa o Champions.
parecido escocés Detrás del pantagruélico maná televisivo de Madrid y Barca, el paisaje es desolador y se asoma al modelo escocés, donde las copas se las han repartido año sí y año también Celtic y el Rangers y eclipsa cualquier tentativa de motín clasificatorio porque en el fútbol con el entusiasmo no alcanza. Entre los más afortunados, nadie supera en el mejor de los casos los 42 millones de euros por la venta de sus derechos a las operadoras televisivas, una cantidad que aleja aún más la tentativa de poseer un torneo donde se discuta algo más que la próxima goleada del Real Madrid y el Barcelona, que cabalgan a ritmo de récord en una despiadada carrera.
"Pero, por Dios, ¿hay algún aficionado que no diga que la Liga está prostituida, adulterada, corrompida?", se queja del Nido, opositor a la trama que favorece a Madrid y Barça, pero no a la Liga, cada vez más pálida, con aspecto enfermizo y que yace entubada en la UCI. Más si cabe después de la pirotecnia de azulgranas y blancos, dos gigantes, que aplastaron a Zaragoza y Villarreal en su debut liguero, un torneo que se les queda corto a ambos porque nadie es capaz de rastrearles la estela. La diferencia de 20 puntos sobre el tercero se acepta de entrada como un mal menor cuando acabe el campeonato. Y es que el impacto de su primera aparición ha generado un efecto demoledor y desquiciante para el resto de equipos, entre ellos el Athletic -percibe 17 millones de euros por derechos televisivos y gestiona 58 millones de presupuesto- que deben estirar el cuello para verles las rodillas, y comienza a vertebrar la ocurrencia de alinear a juveniles para enfrentarse a ellos.
La extraordinaria despensa monetaria que disponen vía televisiva es mayor que el tercer presupuesto de la Liga. Valencia, Sevilla y Atlético de Madrid han calculado el coste del ejercicio en 115 millones, 25 millones menos de lo que cosechan Madrid y Barcelona para que sus partidos puedan ser seguidos por televisión. Gregorio Manzano, técnico del Atlético, apunta que "los trasatlánticos que son Barcelona y Real Madrid dominen el campeonato como la Liga escocesa es literatura real... Mientras mantengan ese poder económico desmesurado respecto a los demás no hay tu tía". Su homólogo en el banquillo sevillista, Marcelino García Toral calcula que "el problema es de ingresos y de presupuesto. No puedes luchar contra Madrid y Barcelona, no tienes presupuesto para ello. La única forma sería igualando los ingresos de los equipos. Y en un proceso de varios años". Eso es lo que sucede con el modelo inglés.