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Volver sin sudar la camiseta

El Austria Viena-Athletic de UEFA de la temporada 2004-05, suspendido por una nevada, último precedente en el que los rojiblancos viajaron para no jugar

Volver sin sudar la camisetaFoto: z. alkorta

bilbao. No es la primera vez que el devenir de los acontecimientos es caprichoso en las aventuras europeas del Athletic. Hace seis años y medio, los rojiblancos estaban preparados para disputar en Viena el partido de ida de la eliminatoria de dieciseisavos de final frente al Austria de Viena. Junto a los, por aquel entonces, entrenados por Ernesto Valverde, se desplazó hasta la capital austriaca una auténtica marea zurigorri. Un total de cinco mil aficionados harían del Ernst Happel un pequeño San Mamés, pero en aquel partido se coló un invitado desagradable: la nieve. Aquel 16 de febrero de 2005, una intensa nevada invadió Viena e hizo del césped un manto blanco de 30 centímetros de espesor, lo que hacía que el estadio austriaco fuese más apto para el esquí que para la práctica del fútbol.

Pese a todo, la incertidumbre acerca de la disputa del encuentro se mantuvo hasta minutos antes de la hora de inicio del partido. El trío arbitral y representantes de ambos equipos inspeccionaron el estado del césped en varias ocasiones durante aquel día para acabar decidiendo lo que parecía evidente: era imposible jugar a fútbol en el Ernst Happel. La marea zurigorri y los hombres de Ernesto Valverde retornaban a la villa sin haber podido disputar el encuentro, con un viaje más en el cuerpo y con un problema de fechas morrocotudo.

Haciendo malabarismos y encaje de bolillos por lo apretado del calendario, ambos equipos encontraron nuevas fechas para disputar la eliminatoria, la ida se jugaría el día 24 de febrero, mientras que la vuelta en San Mamés se disputaría tan solo tres días después, el domingo 27 a las 18.00 horas. Para poder disputar el partido de vuelta de la eliminatoria dentro de plazo, el Athletic tuvo que aplazar al día 16 de marzo su encuentro liguero frente al Getafe en San Mamés correspondiente a la vigésimo quinta jornada de Liga.

eLIMINADOS Y MAREADOS Tanto baile de fechas no tuvo ningún efecto positivo en los rojiblancos por lo visto con el desarrollo de aquellos acontecimientos. Los leones volvieron a tierras austriacas una semana después de que la nieve obligase a suspender el encuentro, esta vez sin una marea rojiblanca que les acompañase. Quien sí seguía en las andanzas rojiblancas por Austria era la nieve. Viena seguía siendo un manto blanco, al igual que ocho días antes. Pero en esta ocasión, la nieve dio tregua a partir de mediodía y se pudo jugar.

Dentro de tanto ir y venir, de la odisea vivida en la capital austriaca, el resultado no fue malo para los intereses del Athletic y los chicos de Ernesto Valverde arrancaron del Ernst Happel un esperanzador empate sin goles que hacía que la eliminatoria se decidiese en La Catedral tres días después.

Era un domingo, a las seis de la tarde y, mientras otros se jugaban las habichuelas en la Liga, los leones lo hacían en UEFA. Las cosas no pudieron empezar de mejor manera y, a los 20 minutos de partido, Fran Yeste de penalti ponía el 1-0, un resultado que clasificaba virtualmente al Athletic para los octavos de final. Todo eran caras de felicidad en San Mamés, pero las sonrisas duraron tan solo 16 minutos, justamente lo que tardó Sionko en poner el empate en el marcador y en anunciar el principio del fin de aquella aventura europea.

El Athletic lo intentó durante todo el partido, pero Sionko a falta de 20 minutos para el final del encuentro, fulminó las esperanzas rojiblancas marcando el 1-2 final. Los leones se despedían de Europa en una eliminatoria larga, extraña, que también acabaría pasando factura en Liga.

Muestra de ello, fue el partido frente al Getafe. Los madrileños visitaron San Mamés sin conocer la victoria a domicilio, pero fue en La Catedral donde lograron su primer triunfo lejos del Coliseum Alfonso Pérez al vencer por 1-2.

Esta derrota del Athletic fue el remate de un baile de fechas que acabó con los rojiblancos mareados, desubicados y derrotados.