Mourinho, en el punto de mira
Un hombre intentó apuñalar al entrenador del Real Madrid en A Coruña e hirió a su guardaespaldas
bilbao
Aseguran los especialistas, analistas del campo de la psicología, estudiantes de la repercusión de la imagen en la sociedad contemporánea y arquitectos del fútbol, que su arrogancia, que sus maneras, que su extrema, incluso dañina, sinceridad ante los medios de comunicación se deben a que pretende parapetar al vestuario del Real Madrid, aislarlo desde su lugar en el banquillo de la ofensa antimadridista que deambula desatada. Dicen que lo hace para desviar la atención del mundo mientras arma la maquinaria desde la sombra, sin dar que hablar con su metodología, con su camino hacia el éxito, porque no responde ante el mismo, porque prefiere hablar de rivales que saltan al césped derrotados, de árbitros que solo ven codificado en blaugrana o de calendarios interesadamente orquestados. Da igual su propuesta, el argot técnico queda siempre apartado de unos discursos de los que se destila que el planeta está prediseñado contra José Mourinho, víctima de la naturaleza, mártir del balompié. Debe ser que este no es su mundo, como aseguró tras vapulear al Málaga. Cuasimesiánico el portugués.
El Real Madrid nada sin todavía naufragar en la Liga. Puede que alcance los objetivos para los que fue configurado el proyecto 2.0 de Florentino Pérez, el ideólogo de la nuevagalaxia. Puede que hasta se cante el triplete en la Cibeles. Pero suceda lo que suceda, independientemente del desenlace, la casa blanca habrá dejado un buen reguero de gasolina tras su incendiario paso, dando razón de ser al nacimiento de la Mourinhofobia. Unas consecuencias que parece que tardarían en llegar -o al menos que quedarían varadas en palabrerías como las del presidente de la Diputación de Málaga, Salvador Pendón, que tildaba de "auténtico payaso" al luso-, que las arrastraría la memoria del club en los tiempos de la resaca de la Era Mou. "Nos crea muchos enemigos", consideró el expresidente madridista Lorenzo Sanz. Se esperaba algo a la postre.
Sin embargo, el tiempo se adelantó ayer a los acontecimientos y el odio se tornó en cerilla. El cabecilla del batallón, el técnico portugués, The Special One, ya ha visto de cerca el efecto retroactivo de su manera de ser -o de lo que le permiten ser-. Ayer se enteró por mediación del club de que en su desplazamiento del pasado viernes a A Coruña para medirse al Deportivo, un tipo anónimo se le acercó con la insana voluntad de asestarle una cuchillada justiciera, como buscando la idolatría del autor del zapatillazo que vivió el topoderoso George Bush. Demencia que perseguía una demostración de humanidad, un gesto de dolor del pétreo portugués o arrancarle la vida sin mediación, sin democracia en las diferencias. Así lo informó ayer la Cadena Ser a través de la garganta de José Ramón de la Morena.
Según atestiguó el periodista, en el momento en que los jugadores y el entrenador del Madrid se detuvieron en el vestíbulo del aeropuerto coruñés de Alvedro con el fin de firmar autógrafos, un hombre se acercó a Eduardo, guardaespaldas del club que se encontraba junto a Mourinho, y le pinchó bajo el brazo. Acto seguido, ya subidos en el autobús, el miembro de seguridad dio fe de lo acaecido viendo que presentaba "un corte de unos cuatro centímetros en el lado derecho del pecho, más o menos debajo de la axila, como si le hubieran dado con un estilete o intentado clavar una especie de punzón". Fue la narración de De la Morena, quien dijo que desde el club se considera que las intenciones iban dirigidas contra el polémico preparador, sembrador de enemigos por costumbre, por manera de concebir su papel, el de escudo.
Las cámaras de seguridad del aeródromo captaron la escena y tras ser investigadas las grabaciones se sospecha como posible autor de un hombre alto, que ya ha sido identificado, según apuntó el periodista. Por su parte, el club decidió entonces no verter hacia la opinión pública la noticia, un hecho que le fue anunciado ayer mismo a Mourinho y por el que se mostró lógicamente "preocupado". Está en el punto de mira. Por ello, el conjunto blanco ha decidido multiplicar su seguridad de cara al encuentro que le enfrentará mañana al Racing de Santander, cuando nuevamente David y su empeño de imponer la modestia se batirán en duelo con el ostentoso capataz de Goliat, enemigo público allende Madrid.