Clemente persigue el último tren de Primera

bilbao. Cuando Javier Clemente firmó por el Valladolid hubo quien pudo considerarle como un loco o una especie de ganador de apuestas de riesgo. Envites con tintes funestos, dilapidarios, pero con margen, aunque diminuto, para el éxito. Un umbral que poco dista a la osadía del temerario del esplendor de quien ejerce con maestría, un margen incluso complejo para diferenciar. Pero lo cierto es que El Rubio de Barakaldo se ha salido con la suya y ha revitalizado a un equipo que parecía condenado al descenso. Los vallisoletanos se la juegan contra el Racing, que lleva cuatri citas sin ganar, en un partido donde el ganador puede salir del descenso y el perdedor, meterse o seguir en él. Si es el Valladolid el derrotado, incluso podría decir adiós a la permanencia. Si bien es cierto que, aun ganando, el cuadro de Clemente se las vería en la última jornada con el Barcelona, por lo que reza todo Valladolid para que el conjunto catalán cierre la Liga hoy, si no, la esperanza albivioleta decaerá estrepitosamente.

Otro que encuentra un serio obstáculo en la senda de la salvación es el Málaga que se verá con el Getafe, inmerso éste en la lucha por Europa, mientras que en la última jornada le aguarda el Real Madrid. De modo que el equipo malagueño vive con las alarmas encendidas, pues es quien más complicado tiene su horizonte, junto al Valladolid. Ambos, necesitados de dos victorias, se toparan con los ogros de la Liga en cruentas batallas con la necesidad por máxima.

El Tenerife, a pesar de estar en descenso, es la única formación que se batirá a equipos sin cuentas pendientes. Lo hará ante el Almería y el Valencia, estructuras temibles, pues la primera, sin nada en juego, goleó la pasada jornada a un Villarreal que lucha por Europa. Por último, Sporting y Zaragoza pueden verse en peligro, pero, sin sumar en los dos choques, podrían estar salvados.