Ibrahimovic y Kaká ni siquiera ocuparán sitio en el banquillo

BILBAO. Respeto, que no miedo. La plantilla del Real Madrid clama vendetta por el 2-6 de la pasada temporada y centra su preocupación en la forma de parar a Leo Messi. Se agarra el madridismo como punto a su favor al factor Bernabéu. Quince partidos jugados en el coliseo blanco en Liga y quince victorias. Marca que sólo la magia del Barcelona puede derribar. Por eso Pellegrini prepara el plan anti-Leo, con Ramos y Arbeloa. A ritmo de los 107 goles de récord en un solo ejercicio, Cristiano e Higuaín intentarán trasladar al césped las consignas del vestuario. La principal, evitar que el Barça se adelante en el marcador. Desde ellos comenzará la presión con el objetivo de robar el balón y que esté en poder de Xabi Alonso.

Si en el bando local la baja de relevancia será Kaká, en el azulgrana quien faltará a la cita es Ibrahimovic, además de Abidal. Guardiola sí contará con Piqué e Iniesta, aunque el de Fuentealbilla puede arrancar desde el banquillo, mientras que la duda reside en el reparto de papeles entre Pedro, Bojan y Henry, que el pasado curso maravilló en Chamartín. "En el Bernabéu no ganas si no juegas como si fuera una final", dice el de Santpedor. "Yo no he tenido nunca miedo de nada, ni me asusta ningún equipo", advirtió ayer Pellegrini.