Bilbao. Suena a chiste pero es verdad. ¿Cuál es el colmo del Chelsea?

Que Mourinho, al que echaron con cajas destempladas después de firmar una etapa gloriosa en el club, vuelva con otro equipo, de una lección de estrategia, gane y les elimine en el mismísimo Stanford Bridge de la Champions; y que el capitán Terry salga huyendo despavorido del acoso de los paparazzis y atropelle a un empleado del club; y además que Samuel Eto"o, un ex azulgrana, sea el jugador que torpedee el enésimo proyecto de grandeza diseñado por el magnate ruso Abramovich.

La derrota sentó especialmente mal a John Terry. Después de haber sido despellejado por el escándalo que provocó su infidelidad, el Chelsea sigue siendo su fiel refugio. Procede de su cantera, mantiene la capitanía y allí le perdonan todo.

Según el informe policial, el auto que conducía Terry, un todoterreno, salió a gran velocidad y, tras arrollar a un vigilante de seguridad del club, no se detuvo. El agente fue trasladado a un hospital con una pierna rota.

El club, en cambio, trató de proteger a su jugador mediante una nota pública en la que resalta que Terry llamó a la policía y al guardia arrollado tras enterarse del accidente.

"Podemos confirmar que hubo un desafortunado accidente mientras John Terry salía de Stamford Bridge anoche", destaca el comunicado del club, que añade: "Cuando salía del estadio a 2 millas por hora en mitad del atasco, su coche fue rodeado por fotógrafos y fans, y en mitad de la refriega, un miembro de la Seguridad del Chelsea fue derribado al suelo, haciendo contacto con el coche".

El club inglés indicó que Terry fue consciente de que hubo "mucho contacto" entre su vehículo y los allí congregados, pero señaló que el jugador no pensó que había ningún herido.

Si malo fue el incidente de Terry, peor aún ha sido la eliminación, sobre todo porque el Iter fue magníficamente dirigido por Jose Mouriho. El técnico luso evitó celebración de la victoria con su habitual histrionismo, pero luego optó por escenificar su venganza con sarcasmo y sutileza. "La vida sigue. Yo gano cosas importantes. Ellos ganan... algo", dijo.

La victoria tuvo otra vertiente. El Chelsea está dirigido por Ancelotti, jugador del gran Milan de los noventa y ex entrenador de los rossoneros. Luego enemigo de los interistas, que así celebraron doblemente el éxito.