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Dudas en la órbita de Fran Yeste, un jugador abocado en los últimos tiempos al juicio del personal. Ayer, Joaquín Caparrós le hizo comparecer frente a Paraguay junto a los menos habituales y varios canteranos. La decisión del técnico no deja impasible a nadie. Ofrece lecturas que pueden cuestionar si el técnico Joaquín Caparrós sigue depositando confianza en su persona -prescindió de él en el descanso de la ida en San Mamés contra el Anderlecht; le dejó fuera de la lista para el siguiente partido, ante el Tenerife; le recuperó para la cita decisiva en Bruselas y de seguido no le convocó contra el Sevilla, el último compromiso oficial de los leones-. Las interrogantes se multiplican ante la irrupción de los acontecimientos, ante esta baile propio del Guadiana que padece el basauritarra, inmerso en plena negociación con la Junta Directiva destinada a alcanzar a un acuerdo para que su contrato vaya más allá del próximo 30 de junio, fecha en el que expira el actual.
Por de pronto, ayer, Yeste pudo poner de su parte para despejar alguna de las preguntas. No obstante, la derrota dejó más sombras que luces no sólo en el plano colectivo, sino también en el individual, y es que, a pesar de ser uno de los más destacados del insípido espectáculo, por su banda llegaron los tres goles de Paraguay. Defender, al parecer, no va con el de Basauri.
Yeste, por tanto, se sabe objeto de una mirada exhaustiva. Sus prestaciones se analizan con lupa, para lo bueno y para lo malo. Si toca lo primero, le servirá como un plus reivindicativo para consumar su renovación. Si toca lo segundo, le caen los impecables reproches de esos sectores críticos con su persona. Su actuación en Bruselas, pobre como la de todos los rojiblancos que comparecieron en el Constant Vanden Stock, supuso carnada para sus detractores. Es a lo que se somete un jugador diferente.
Yeste tuvo que pasar ayer un examen hasta incómodo. Sin embargo, el diez rojiblanco no desentonó, pese a que el Athletic de ayer no opuso resistencia alguna durante todo el primer acto a la selección guaraní. El Athletic se personaba incapaz de retener el esférico en posesión y, claro, esto siempre empaña la labor de los creadores, como Yeste, que sí ofreció detalles de la calidad técnica que atesora, si bien es cierto que la colaboración que tuvo en este apartado fue nula. Para colmo, a partir del minuto 35 el basauritarra comenzó a acusar dolencias. No dejaba de tocarse sus arqueadas rodillas. Así, Caparrós decidió en el descanso prescindir de sus servicios, del único futbolista que aportó algo ofensivamente en el primer acto.
Las acciones individuales, siempre con balón, pues lo de correr detrás de él no es lo suyo, rescataron a Yeste, que, sin embargo, mostró lagunas a la hora de defender su banda, sobre todo en los primeros dos goles del combinado suramericano.
A partir de hoy, el morbo se centrará sobre su presencia o no el sábado en la lista que de convocados que ofrezca Caparrós para el duelo del domingo ante el Valladolid. En ella, comparecerán los hombres en los que más confía el técnico. O sea, otro juicio a Yeste.