ASTON VILLA: Friedel, Dunne, Cuellar (Min. 80,,Carew), Warnock, Collins, Downing, Ashley Young, Milner, Petrov, Agbonlahor y Heskey.

MANCHESTER UNITED: Kuszczak, Evra, Vidic, Rafael Da Silva (Min. 66, Neville), Evans, Park (Min. 85, Gibson), Carrick, Fletcher, Valencia, Owen (Min. 42, Rooney) y Berbatov.

Goles: 1-0: Min. 4; Milner, de penalti. 1-1: Min. 12; Owen. 1-2: Min. 74; Rooney.

Árbitro: Phil Dowd. Mostró tarjeta amarilla a Collins y Downing, del Aston Villa; y a Evra y Vidic, del Manchester United.

Incidencias: Final de la Copa de la Liga disputada en el estadio de Wembley ante unos 80.000 espectadores.

BILBAO. La semana del Manchester United ha sido redonda. No sólo ha logrado colocarse a un solo punto del Chelsea en la Premier League gracias a la victoria del City, el vecino de la ciudad, en Stamford Bridge, sino que ayer revalidó su corona -la cuarta desde 1961- en la Carling Cup tras derrotar al Aston Villa. Un gol de Wayne Rooney a poco más de un cuarto de hora para la conclusión consumó la remontada en un envite que se le puso cuesta arriba a los diablos rojos desde el inicio.

El joven criado en la cantera del Everton no se ha escondido consciente de su responsabilidad dentro del entramado de Ferguson desde la marcha de Cristiano Ronaldo al Real Madrid. Y eso que Sir Alex le mantuvo en la reserva dando entrada en su lugar al veterano Michael Owen, que también contribuyó de manera considerable en el éxito del cuadro de Old Trafford. Una vez que su aportación era imprescindible, estuvo donde debía.

Cuando únicamente habían transcurrido cuatro minutos, un claro penalti provocado por Agbonlahor, que fue trabado dentro del área por Vidic y que transformó James Milner, hacía justicia a la salida en tromba de los villanos. A estos les iba mucho en este encuentro. No en vano, tenían ante sí la opción de poner fin a la sequía de catorce años sin un mísero entorchado que echarse a la boca. Cercaron el área defendida por Kuszczak pero la alegría les duró lo que un caramelo en la puerta del colegio. El ex futbolista de Liverpool, Madrid y Newcastle equilibró la balanza y asentó a su desordenado colectivo, que comenzó ya a mandar como dictaba la teoría. La diana del empate momentáneo estuvo precedida por un doble error garrafal del central irlandés Richard Dunne.

Tras enmendar ante el West Ham en la competición doméstica el anterior tropiezo frente al Everton, la caída en picado en lo alto de la tabla de su máximo rival le había reportado las vitaminas suficientes como para volver a creer en su potencialidad. Sabedor de que lograr la Carling podría suponer un bofetón psicológico añadido para el Chelsea, el United apretó los dientes y se fue en busca de la gloria. Hasta el punto de que pudo ponerse por delante al filo del descanso, cuando, tras una buena acción de Luis Antonio Valencia, el coreano Park remató al palo.

lesión de owen La aparición de Rooney sobre el verde antes de que acabara la primera parte por la lesión de Owen resultó sin duda providencial. Tras una sensacional jugada entre Berbatov y Valencia, el centro de éste llegó a la cabeza de la estrella inglesa, que remató con gran precisión y fuerza a la escuadra de la portería contraria para sellar su gol número 28 en la presente temporada. El Villa lo intentó a través de contras, aprovechando la velocidad de sus puntas, sobre todo de Ashley Young y Agbonlahor, e igualmente mediante centros desde la banda derecha por medio de Downing. Es más, Heskey, en un testarazo que se estrelló contra el larguero, pudo forzar el tiempo extra. Pero no hubo forma. El conjunto de Martin O"Neill tuvo que conformarse con el honor de haber peleado lo suyo y hasta estuvo a punto de encajar el tercer tanto en otro remate de Rooney.

La pugna de aquí al final de curso por retener en sus manos otro trofeo, el más importante, el liguero, se presenta desde ahora a brazo partido. Quizás todo se decante dentro de cinco jornadas, cuando el Manchester reciba al Chelsea y considerando que en la primera vuelta los dirigidos por Ancelotti vencieron por la mínima (1-0) en su estadio. A nadie se le escapa que aunque sigan siendo líderes, el culebrón desatado por los líos amorosos de su zaguero y capitán, John Terry, ha trascendido al vestuario y golpeado anímicamente en el colectivo. La dialéctica de Ferguson, un as para manejar situaciones así, puede ser además otro arma en favor del United. Para más inri, cuenta con el mayor villano, Rooney.