Max Verstappen quebró la dinámica de la Fórmula 1 en el Gran Premio de Italia. En un Campeonato del Mundo dominado por McLaren y la destreza de Oscar Piastri y Lando Norris, autores de doce victorias en las quince citas previas, y en concreto de las seis últimas carreras, el piloto neerlandés, más sediento que nunca al verse huérfano de gloria, estableció un paréntesis en la hegemonía de los monoplazas papaya

Monza regaló unas emocionantes primeras vueltas, de esas que dan sentido a la competición. Un deleite para el espectador en una prueba que fue volviéndose estable y, como tal, anodina, hasta que McLaren tuvo que adoptar una polémica decisión que puede tener su incidencia en la pugna por el título. El espectáculo sobre la pista se concentró en las seis primeras vueltas, donde los cuatro primeros clasificados vieron modificadas sus posiciones.

Primero, tratando de proteger la ventaja concedida por su condición de poleman, Verstappen estranguló a Norris en la recta de salida y luego se saltó la primera chicane de Monza. Como gato panza arriba, el neerlandés retuvo el primer puesto, pero de manera ilegal. “¿Qué está haciendo este idiota? Primero me pone en la hierva y luego acorta la curva”, protestó Norris, que se salió con la suya. Max cedió la posición a Lando, que arrancó segundo y daba un paso al frente. 

Pero al piloto de McLaren le duró poco el liderato. En la cuarta vuelta Verstappen recuperó en buena lid la cabeza de carrera. Desde ese momento, el piloto de Red Bull apeló a un ritmo que anuló a los McLaren de la disputa por la victoria. En la vuelta 15, su margen ya era de 4,3 segundos.

Pero antes, en el sexto giro, Piastri y Charles Leclerc sostuvieron un buen pulso que resultó favorable al australiano de McLaren. Piastri figuraba entonces a 3,7 segundos de Norris.

La carrera cobró estabilidad. Esto significaba que Verstappen iba ampliando su renta sobre los McLaren hasta la abrumadora diferencia de los 19 segundos finales. Esta vez la fábrica de Woking no pudo luchar por la victoria ante un incontestable Mad Mad. Red Bull se adaptó mejor a un trazado caracterizado por la baja carga aerodinámica que propone alerones reducidos para dotar a los coches de velocidad punta. De hecho, Verstappen también ganó en este mismo escenario en el G. P. de Emilia Romagna.

McLaren buscó la única alternativa para alcanzar la victoria: retrasó su primera y única parada cuando Verstappen ya había completado la suya. Solo quedaba la esperanza de la aparición de un coche de seguridad para revertir la situación. El safety car no llegó, pero sí lo hizo la polémica.

.

Polémica decisión de McLaren

Piastri, que rodaba tercero, visitó primero el garaje. Norris lo hizo un giro más tarde, pero en su caso fallaron los mecánicos. Gozaba de más de 5 segundos sobre Piastri, pero cuando regresó a la pista había perdido el segundo puesto en favor de su compañero. Aparecieron las reglas de McLaren. “Oscar, no era lo que queríamos, hemos intentado evitar un undercut, pero debido a un pit stop lento estás por delante. Devuelve la posición y luego podéis luchar”, exigieron a Piastri. Era una prueba de fuego para conocer la actitud del australiano, que una vez más mostró una serenidad encomiable.

El líder del campeonato, que llegaba con 34 puntos de ventaja a Italia, obedeció no sin dejar un recado: “El pit stop forma parte de las carreras, pero si es lo que queréis, lo haré”. Devolver la posición a Norris suponía ceder tres puntos en el Mundial. Piastri pensó que se traba de un mal menor a fin de evitar una guerra interna en McLaren. Y es que a esta media de pérdida de puntos con respecto a Norris, faltando solo ocho carreras para el desenlace de la temporada, 31 puntos le bastan para ser campeón.

Piastri se dejó adelantar y después no trató de intimidar a Norris, que celebró. “Era el mejor resultado que podíamos obtener. No teníamos la velocidad ni el ritmo de Max”, dijo. “Max tenía una ventaja muy grande”, corroboró Piastri, que admitió que “el coche no estaba como me gusta”.

Verstappen, flamante ganador de su tercera carrera del año, se mostró sorprendido por la decisión de McLaren. “¿Por un mal pit stop?”, ironizó sobre el hecho de devolver la posición a Norris. “No es cosa nuestra”, le aconsejaron desde Red Bull. Su objetivo no es el campeonato, sino maximizar sus opciones de arañar victorias. “Ha sido un gran día. Hemos volado. He disfrutado. Ha sido una ejecución fantástica”, resumió. A este nivel, podría ser juez en la proclamación del campeón.

Los Ferrari lucieron en su hogar. Leclerc fue cuarto y Lewis Hamilton, sexto tras salir décimo. George Russell fue quinto con Mercedes y Kimi Antonelli, octavo. Fernando Alonso abandonó en la vuelta 25 de las 53 previstas por un fallo en la suspensión. “Es increíble”, criticó. Carlos Sainz, mientras, acabó undécimo.