McLaren dio un paso de gigante hacia la proclamación en el Mundial de Fórmula 1. La respuesta de la escudería de Woking fue impecable en el Gran Premio de España, novena cita del calendario, en la que Oscar Piastri siguió reforzando su candidatura al título. El australiano encabezó el tercer doblete del año de McLaren para rubricar la quinta victoria de la temporada. Es el piloto a batir.
Piastri alcanzó el equilibrio entre ritmo y serenidad. Se mostró soberbio, con la pole del sábado, con una salida inquebrantable en carrera y dominando en todo momento la distancia con sus perseguidores, por momentos Max Verstappen, que finalizó décimo tras sufrir una penalización de 10 segundos, y posteriormente Lando Norris, a la postre segundo pero sin llegar a armarse como una amenaza para las aspiraciones de su compañero de equipo. Tampoco se alteró Piastri con un safety car en el tramo final que anuló su ventaja. Nada inquietó la granítica frialdad de este piloto que asiste a su tercer curso en el Gran Circo pero que se maneja como mariscal en el campo de batalla. No hay fragor que domine sus pulsaciones.
La salida permitió a Verstappen adelantar a Norris, que ha encontrado en las arrancadas a un verdadero talón de Aquiles. Verstappen trató de aferrarse al rebufo de Piastri, el único hilo de esperanza para alcanzar la victoria. Sin embargo, en un puñado de vueltas Piastri ya rodaba aislado, distanciado por su poderoso ritmo.
Verstappen también logró abrir hueco con Norris, al que le está costando entrar en las carreras. Pero el británico, una vez asentado en pista, recuperó la segunda plaza en la vuelta 13. En ese momento Red Bull inició una ingeniosa estrategia inspirada por una premisa: si quieres un resultado diferente, haz algo distinto a los rivales. McLaren tenía previsto correr con dos paradas y Red Bull optó por tres. Verstappen visitó primero los boxes. La idea era rodar al máximo en todo momento, sin conservar gomas en un circuito de Barcelona-Catalunya que parecía una lija de grano gordo.
La ecuación resultó favorable a Verstappen. Llegó a descolgarse a cerca de 7 segundos de Piastri y a casi 5 de Norris. Cuando todos completaron sus paradas, apareció a poco más de 4 segundos del liderato y a solo un segundo de Norris. Renacían las opciones de entrometerse en la ambiciosa empresa de los McLaren. El plan era brillante, aunque parte de una situación desesperada. No deja de ser la prueba de una situación en inferioridad.
Poco después, en el giro 55 de los 66 programados, un coche de seguridad anuló las diferencias para trazar un intenso final de carrera. El escenario se podía antojar como ideal para Red Bull, un coche muy inferior al McLaren, pero que estaba a rueda. No obstante, el garaje montó neumáticos duros a Verstappen –los únicos nuevos que tenían– en lugar de apostar por unos más blandos pero usados. La competencia, desde los McLaren a Charles Leclerc o George Russell, calzaron blandos. Verstappen quedaba expuesto, vendido. La valiente estrategia le llevó a morir en la orilla. Red Bull no quiso seguir esperando a cambios de contextos o escenarios para tratar de encontrar oportunidades para Verstappen, que ve cómo se le escapa el Mundial, y arriesgó una tercera posición más que factible. Una apuesta perdida.
Al relanzarse la carrera Piastri volvió a fugarse con vueltas rápidas hasta ver la bandera ajedrezada. “No me puedo quejar; es muy difícil quejarse ahora”, dijo con rostro pícaro tras conquistar la victoria con un coche que vuela. Norris no pudo intimidarle. “He hecho todo lo que podía, pero Oscar ha hecho una gran carrera y no tenía ritmo para igualarle”, lamentó, alejado a 10 puntos en el campeonato.
Verstappen, desesperado
Verstappen trató de protegerse como gato panza arriba, inflexible como es. Al dispararse la prueba su coche patinó en la entrada de la recta de meta. Max libró el accidente, pero perdió velocidad. Leclerc aprovechó la caída de ritmo para adelantar en la recta y ganar la posición de podio. Pero antes, cuando el Red Bull y el Ferrari rodaban en paralelo, los monoplazas se tocaron a cerca de 300 kilómetros por hora.
Seguido Verstappen trató de protegerse de Russell, que olía la sangre. Max cerró la trazada a la desesperada cuando estaba siendo rebasado, y recibió un golpe de Russell, pero recuperó la posición por fuera de la pista. Eso le obligaba a devolver la plaza. Verstappen, que ya rodaba abrazado por la furia, se apartó, Russell adelantó, pero el neerlandés lanzó el coche en el último momento y ambos volvieron a tener contacto. Verstappen volvió a abrir la puerta de nuevo, esta vez sí, para dejar pasar a Russell. Pero ya era tarde. El impacto previo supuso 10 segundos de penalización para Max, que descendió hasta el décimo puesto, cediendo así unos puntos de valor incalculable para permanecer en la lucha por el título. Ya figura a 49 de Piastri.
Así, Leclerc alcanzó la tercera posición y Russell fue cuarto. La sanción a Verstappen aupó a Nico Hulkenberg, sorprendente quinto con el Sauber; Lewis Hamilton, que fue sexto; Isack Hadjar, que terminó séptimo; Pierre Gasly, clasificado octavo, y Fernando Alonso, que finalizó noveno logrando sus primeros puntos esta temporada. Carlos Sainz cruzó la meta decimocuarto con un Williams que bajó sus prestaciones en Montmeló.