Francia no se fía de Suiza. Y hacen bien los galos en respetar al máximo a su rival de esta noche, más aún tras la sorpresa que firmó ayer la República Checa al eliminar a Países Bajos en los octavos de final de la Eurocopa. En esa misma ronda, en el National Arena de Bucarest (21.00 horas), la selección helvética buscará dar la campanada ante una de las máximas favoritas para ganar la Eurocopa. Sobre el papel, los dirigidos por Didier Deschamps parten con las apuestas a favor, pero en el fútbol no hay nada escrito y no se puede dar nada por sentado.

El lapurtarra, entrenador de la vigente campeona del mundo, una selección liderada por Mbappe, que aún no ha marcado, Benzema, autor de dos tantos en el empate frente a Portugal, Griezmann, el incansable Kante o Varane, entre otros, no podrá contar con Digne, lesionado, en la posición de lateral izquierdo, y su sustituto, Lucas Hernández, será duda hasta última hora. Así, Rabiot, quien ya ocupó esa demarcación durante unos cuántos minutos en el choque frente a los lusos, podría volver a jugar como lateral izquierdo.

Francia tendrá enfrente a una Suiza que ha alcanzado los octavos de final como una de las cuatro mejores terceras en un grupo en el que tuvo como rivales a Italia, Gales y Turquía. Pese a cumplir con el expediente, los helvéticos han sido cuestionados por su afición, desilusionada por el juego exhibido por los suyos, especialmente en la goleada (3-0) frente a Italia. Con Shaqiri y Embolo como referentes, los pupilos de Vladimir Petkovic buscarán dar la sorpresa y alcanzar los cuartos de final, donde les aguardarían España o Croacia, que abren la jornada de hoy a las 18.00 horas en Copenhague.

En condiciones normales, Francia debería llevar la iniciativa en el juego frente a una Suiza replegada que probablemente buscará la velocidad de sus hombres de ataque en algún contragolpe. Algo parecido a lo que hizo Hungría en el partido de la segunda jornada de la fase de grupos y que les dio réditos a los húngaros, que lograron un empate de mucho mérito. Esa endeblez defensiva que por momentos han mostrado los galos puede ser un motivo que dé esperanzas a los suizos.