Felipe VI protagonizará la ronda de consultas con los partidos para la formación de gobierno una vez celebradas las elecciones generales, marcadas por la incertidumbre tras la exigua victoria del PP y las opciones del PSOE de seguir en el poder. Al rey le corresponde proponer un candidato para que se someta a la sesión de investidura una vez completadas las reuniones en el Palacio de la Zarzuela. La celebración de las entrevistas con los representantes de los partidos tendrá lugar después de que se constituyan el Congreso y el Senado el próximo 17 de agosto, aunque no tienen una fecha tasada. Lo habitual ha sido que el monarca cite a los partidos unas dos semanas después de que el nuevo Congreso eche a andar con la elección de su presidente y la toma de posesión de los diputados, lo que situaría la ronda a finales de agosto o principios de septiembre.
El escenario que dejan los comicios no aclara a quién podría proponer Felipe VI formar gobierno. El artículo 99.1 de la Constitución se limita a señalar que el rey, “previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”.
En enero de 2016 se dio una situación inédita cuando el entonces presidente del Gobierno español y líder del PP, Mariano Rajoy, que había obtenido 123 escaños, declinó la propuesta de Felipe VI de intentar formar un ejecutivo, lo que obligó a otra ronda de entrevistas.
El nombre que proponga el hijo de Juan Carlos I se someterá a la sesión de investidura, que prosperará si logra mayoría absoluta. De no alcanzarla, habrá una nueva votación 48 horas después, en la que solo será precisa la mayoría simple. Si el candidato fracasa, el rey convocaría una nueva ronda de consultas y se abriría un plazo de dos meses para que otro candidato intentase la investidura, que de fracasar, abocaría a nuevas elecciones generales.