Los seis escaños al Congreso que corresponden a Gipuzkoa se han repartido a partes iguales entre los tres principales partidos del territorio. Sin embargo, la lectura del resultado es muy diferente según el caso. Para EH Bildu, la victoria de ayer es la confirmación de un momento electoral dulce, que da continuidad al triunfo en las municipales y forales de mayo.

Mertxe Aizpurua, cabeza de lista de EH Bildu, votando. | FOTO: EFE

La jornada también cayó cara para los socialistas, que fueron segunda fuerza gracias al efecto del voto útil en detrimento de Sumar, que no pudo amarrar el escaño que logró hace cuatro años Podemos. Para dar en el histórico con un resultado mejor al de ayer, el PSE se tiene que remontar a 2008, cuando la segunda victoria de Zapatero.

Y pese a que en escaños el PNV ha logrado el mismo resultado que en las anteriores elecciones, el balance en votos es sensiblemente peor, con una caída de casi ocho puntos. Los jeltzales solo han ganado en cinco localidades guipuzcoanas.

En cuanto a la participación, los guipuzcoanos respondieron a la llamada de las urnas pese al verano y las vacaciones. Ayer, la participación fue del 67,37%, 1,58 puntos mejor que en 2019.

Contra las derechas

A la espera de un análisis más reposado del resultado, se puede concluir que Gipuzkoa ha votado en clave de resistencia a la alianza derechista que amenaza los derechos individuales y colectivos de la población vasca y española. Las tres formaciones que se han llevado los diputados han expresado durante la campaña su oposición al PP y a Vox, y los tres, de una forma u otra, se han encontrado en la pasada legislatura con distintos niveles de acuerdo.

A diferencia de lo que ocurrió en las municipales y forales, algunas encuestas, como la de Focus de EITB, sí han atinado en esta ocasión. La principal novedad ha estado en el resultado de los socialistas, que han recuperado niveles de apoyo que no lograban desde hace quince años, confirmando que el voto en clave estatal es un factor que también funciona en Gipuzkoa en situaciones polarizadas como las de estos comicios.

Como hace cuatro años, Gipuzkoa sigue siendo un territorio imposible para la derecha. En el PP existía la esperanza de que ese factor estatal le impulsará a recuperar el escaño que lograba en otras épocas, pero es una posibilidad todavía lejana. Vox sigue siendo residual. Mertxe Aizpurua y Jon Iñarritu por EH Bildu; Rafaela Romero y Mª Luisa García Gurrutxaga por el PSE y Maribel Vaquero y Joseba Agirretxea por el PNV representarán a Gipuzkoa en la próxima legislatura del Congreso, que se prevé incierta a tenor del resultado que dejaron las urnas ayer. Solo Vaquero, que era senadora, y Romero se estrenan como congresistas.

Geografía monocolor

Estas elecciones han dejado un mapa de Gipuzkoa monocolor. El verde de EH Bildu monopoliza el territorio. La coalición independentista ha ganado en 78 de los 89 municipios guipuzcoanos. Es más fácil citar las localidades en las que han ganado socialistas y jeltzales.

El PSE sigue dominando sus plazas históricas: Irun, Zumarraga, Lasarte-Oria y Eibar. Y en esta ocasión, a esta nómina ha añadido Errenteria y la capital, Donostia. Es decir, la candidatura liderada por Rafaela Romero se ha impuesto en las cuatro municipios más poblados de Gipuzkoa.

El PSE ha mejorado su resultado de 2019 en 18.000 votos, un 5,15%, lo que le ha valido para desplazar al PNV como segunda fuerza. El sorpaso de Podemos al PSE con sus históricas victorias en las generales de 2015 y 2016 es ya historia y ha sido el PSE el receptor del voto útil para frenar a la derecha.

Por su parte, el PNV se tiene que conformar con triunfos en plazas históricas como Hondarribia, Beasain o Elgoibar, además de Albiztur y Abaltzisketa. Su retroceso respecto a 2019 se da en todos los parámetros. Ha sido una caída homogénea en los tres territorios, entre el 6,5 y el 8,5%, similar a lo que ocurrió en las municipales y forales, lo que le obliga a la reflexión a menos de un año para que se celebren las autonómicas. Los jeltzales han perdido 32.000 sufragios en Gipuzkoa, un 7,84% respecto a 2019.

La cara positiva de la jornada la vivió en el Senado, ya que su candidato Luke Uribe-Etxeberria fue el más votado tras los tres de la plancha de EH Bildu, por lo que mantiene su asiento en la Cámara Alta.

EH Bildu, triunfador

Mertxe Aizpurua, cabeza de lista de EH Bildu, votando. EFE / E. Aresti

El gran triunfador en Gipuzkoa ha sido EH Bildu, cuyo resultado no le ha dado para lograr el tercer escaño. La coalición ha rentabilizado su papel en el Congreso, donde ha apoyado a Pedro Sánchez en muchos trances, y ha hecho bueno su mensaje de “parar a las derechas”. Su victoria es incontestable, con una diferencia de 30.000 votos a la segunda fuerza y una mejoría de 5,51 puntos sobre el resultado de 2019. Es la tercera vez que la izquierda aber-tzale gana las generales en Gipuzkoa. También lo hizo como HB en 1989 y como Amaiur en 2011.

La candidatura de Mertxe Aizpurua se ha impuesto en 78 de los 88 municipios del territorio, superando al PNV en plazas como Zarautz o Aia. En cualquier caso, los grandes municipios de Gipuzkoa siguen siendo el punto débil de la coalición, que incluso se vio superada por los socialistas en Errenteria.

Sus tres candidatos para el Senado (Gorka Elejabarrieta, Olaia Duarte y Mario Zubiaga) fueron los más votados en Gipuzkoa, por lo  que tendrán escaño en el hemiciclo.