lA política, en su sentido más partidista, se encuentra inmersa en un ciclo electoral que no se detendrá hasta casi mediados de junio, cuando se decida en las urnas la composición del Parlamento Europeo. Las elecciones vascas, con la campaña ya lanzada, pero sobre todo las catalanas, que recogerán el testigo electoral, van a arrojar más leña al caldeado clima político español que, tras la tregua de Semana Santa, carga su artillería para el debate que tendrá lugar mañana en la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado. El Partido Popular recurre otra vez a su mayoría absoluta en la cámara alta para seguir exprimiendo el comodín de la Ley de Amnistía, en esta ocasión desde el ángulo de las comunidades autónomas y el supuesto impacto que la absolución de los independentistas catalanes tiene para el sistema autonómico. El debate impulsado por el PP es el segundo capítulo del que se celebró en octubre, cuando los once barones populares cargaron en el Senado contra la medida que en aquellas fechas todavía negociaban PSOE y Junts. Sin embargo, esta nueva ofensiva contra la polémica norma ya aprobada en el Congreso, y que pese a todos las maniobras para retrasar su tramitación tendrá que regresar al legislativo antes del 16 de mayo, ha quedado descafeinada por la deserción de algunos de los más significados presidentes autonómicos del PP, entre ellos los de Andalucía y Galicia, con otras prioridades en su agenda, lo que desmonta la tesis que mueve a este debate. Mañana, se presume que la sesión se va a reducir a un cara a cara entre Aragonés y Ayuso, que ya sobresalió en su día por fijar el discurso más ultra del partido. La presidenta madrileña no malgastará la ocasión para desviar el foco que le señala por el escándalo fiscal de su pareja. Y para Pere Aragonès, el debate es un acto de precampaña que aprovechará para defender su propuesta de referéndum en un entorno hostil como el que le han montado los populares. El resto de presidentes autonómicos, ni están ni se les espera, en una función que, pese a los esfuerzos de la derecha, va perdiendo gas y que, a tenor de lo que dicen los estudios de opinión, ni siquiera preocupa de verdad a los ciudadanos. En la clasificación de los asuntos más importantes elaborado en el barómetro del CIS de febrero, la Ley de Amnistía ocupaba una posición residual.