La tercera edición de los Euskadi Sariak de DEIA premió ayer en el auditorio del Museo Guggenheim de Bilbao la trayectoria de cuatro empresa vascas: Tubacex, Boslan, IMQ y Gaimaz. Se trata de compañías señeras en sus sectores. Pero la conclusión a la que pudieron llegar quienes asistieron a la gala o la siguieron por streaming es que, en realidad, se premió a personas. Personas con visión, preparación, capacidad de sacrificio y tenacidad. Cuando existen personas así conviene celebrarlo. Lo dijo ayer el conductor de la gala, el director de DEIA, Iñaki González. “Queremos dar visibilidad a las personas que contribuyen a que nuestra sociedad sea próspera y haya alcanzado una gran calidad de vida”, afirmó el periodista tras pronunciar las palabras de bienvenida y agradecimiento a las personalidades presentes y antes de dar paso al director general del Grupo Noticias, Juan José Baños.
“La construcción, los servicios, la medicina, la industria o la ingeniería hoy día son sectores que pertenecen al núcleo duro de nuestro tejido productivo; hacerse hueco en ellos no es nada fácil, he ahí el mérito de estas empresas”, aseguró Baños que recalcó “el mérito de estas personas”. Apuntó el director general del Grupo Noticias que actos como el de ayer se encuentran habitualmente en la agenda de DEIA. “Los medios de nuestro Grupo se empeñan cada día, cada hora, cada minuto, en servir lo que pasa a nuestro alrededor en un ejercicio que también es empresarial, profundamente empresarial”, señaló. Y añadió que “abrir y bajar la persiana todos los días es un asunto que merece la pena ser destacado: invertir para crecer, producir para generar empleo y valor añadido, crear para hacernos mejores”. Concluyó exponiendo que “la principal preocupación es que el tejido productivo sea lo suficientemente fuerte y competitivo para que la sociedad vasca avance en términos de bienestar; la seguridad política y el compromiso institucional son básicas en ese empeño, por eso, y por estar hoy aquí, gracias a las instituciones”.
Los primeros en ser llamados al escenario para recibir su galardón a la trayectoria empresarial fueron Iñaki Villanueva, cofundador de Boslan, e Isaac Gómez, CEO de Boslan parte Accenture. Detalló Gómez que Boslan se encuentra actualmente enfrascada en “proyectos de parques eólicos y energías offshore en Europa y en Estados Unidos, así como en la interconexión eléctrica con Francia por el Golfo de Bizkaia”. La oficina de Boslan en Bilbao ha pasado de trabajar para nueve países a hacerlo para 50; y sus mil ingenieros se complementan ahora con los 14.000 de Accenture. Villanueva evocó cuando con sus amigos y socios, hace 24 años, empezaron ilusionados en María Díaz de Haro. Reconoció que sin “nuestros clientes, proveedores y trabajadores” no hubiera sido posible crecer. Ambos responsables de la empresa pusieron el acento en la necesidad de captar o crear talento para avanzar. Acompañados del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y la presidenta de Campos, Luisa Latxaga, recibieron el galardón.
A continuación, fueron distinguidos los 90 años de labor pionera del Igualatorio Médico Quirúgico (IMQ) en la persona de su director general, Javier Aguirregabiria. “Después de estos 90 años, nos encontramos con un grupo que emplea a 2.700 personas, que está centrado en el mundo de la salud, de la prevención, el socio-sanitario; es decir, nuestra vocación es atender a las personas; somos personas que atendemos a las personas. Eso implica cercanía, empatía, cariño a la hora de hacer las cosas, de trabajar, de desarrollar nuestro día a día”, desgranó Aguirregabiria. Repasó su director general los hitos del IMQ centrándose en la ampliación, ya en marcha, de la clínica de Zorrotzaurre y los nuevos servicios en el antiguo centro farmacéutico de General Concha. Le entregaron el galardón Javier Andrés, director general de Editorial Iparraguirre, y Fernando del Hoyo, director general corporativo de Negocio Mayorista de Kutxabank.
Precisamente, Del Hoyo fue el encargado de ofrecer una ponencia en la que disertó sobre la importancia de las empresas como pilares de la prosperidad. Recalcó que, a un contexto cambiante y sin certezas, “se suman otras dificultades diarias que conforman las condiciones de productividad y competitividad de nuestras empresas, como la volatilidad de los precios de las materias primas y la energía, la fiscalidad, la exigencia regulatorias o la capacidad para atraer y retener talento”, expuso. Euskadi tiene “músculo financiero y compromiso para seguir respondiendo a las demandas de financiación de proyectos empresariales con fórmulas tradicionales”, confirmó. La estabilización de los tipos de interés en los niveles actuales “puede constituir un revulsivo para dinamizar la economía y las empresas”, remarcó el profesional de la banca.
Empresas con trayectoria
Tubacex, fundada hace más de 60 años, fue la tercera empresa distinguida. “Su compromiso con la tecnología como motor de crecimiento ha posibilitado a la firma optimizar procesos productivos”, describió Iñaki González al llamar a Jesús Esmorís, CEO de la compañía. “No es fácil para una empresa sobrevivir 60 años; muchas de gran renombre no lo han conseguido”, dijo Esmoris. “La clave es tener capacidad de transformarte, transformarse permanentemente”, remachó. Tubacex ha evolucionado cada década para convertirse primero en “un fabricante de tubo inoxidable sin soldadura” y, después, en un elaborador de componentes relacionados “con el hidrógeno, la captura de carbono, la transición energética o la aeronáutica: todos los cohetes que se lanzan cada día en Estados Unidos llevan nuestros productos”. El galardón se lo entregó Juan Manso, socio de PFK Attest.
El cuarto y último premio de la gala 2024 DEIA Euskadi Sariak era especial. Poseía la carga emotiva que supone rendir homenaje a alguien muy apreciado y que ya no puede acudir en persona. Se trataba de Txema Gandiaga, alma mater de Gaimaz. Su sucesora, Miriam Gandiaga, y toda la familia, encabezada por Teresa de Jesús Bereciartua, tomaron el galardón de manos de la diputada foral de Promoción Económica, Ainara Basurko, y del ya citado Juanjo Baños. Relató una emocionada Miriam Gandiaga el salto de Gaimaz de ser una empresa dedicada a la obra forestal a adentrarse en el universo de la obra civil, la construcción y los servicios. “Aunque nunca hemos perdido el compromiso con el medio ambiente, siempre contribuyendo a la sostenibilidad de los diferentes sectores”, aseguró Gandiaga. “Mi padre valoraba muchísimo el esfuerzo de sus trabajadores y nos legó una marca conocida por hacer las cosas a las que se compromete y terminarlas”, dijo. De nuevo, las personas.