La transformación digital esta siendo el motor del crecimiento del sector tecnológico vasco, que no obstante también debe hacer frente a problemas como la falta de perfiles profesionales adecuados a sus necesidades y los sobrecostes derivados del aumento en los precios de las materias primas, procedentes en su mayoría de Asia. En cualquier caso, el balance de 2023 presentado ayer martes por las 313 empresas asociadas al clúster Gaia es positivo, con un aumento del 6% en la facturación hasta alcanzar los 6.560 millones de euros. Para este año, la previsión apunta a unas ventas de 6.954 millones y otro avance del 6%.

La presidenta de Gaia (Clúster vasco de Industrias de Conocimiento y Tecnología), Elena Zarraga, destacó que el pasado fue un año “de oportunidades, decisiones y revisión de estrategias” que el sector supo aprovechar, pese a operar en un entorno en el que el acceso a componentes básicos como semiconductores, muy demandados desde todas partes y, lógicamente, cada vez más caros, se ha encarecido. Eso desemboca en que, si bien se han superado los objetivos previstos de crecimiento, “los márgenes empresariales no han crecido en la misma proporción”.

Sin embargo, las perspectivas de futuro se observan con optimismo, dado el creciente peso de todo lo vinculado con la renovación digital en el plano empresarial y de las administraciones públicas. De hecho, esta transformación “se identifica como principal tractor del desarrollo de nuestra actividad, y se prevé que en los próximos años esta demanda se mantenga o siga creciendo, dado que el camino por recorrer es muy amplio y en constante evolución”, añadió.

Exportaciones y empleo

La cifra de exportaciones del sector se situó el pasado año en 2.770 millones de euros, un 7% más que en el ejercicio precedente. La paridad euro-dólar, con un incremento del valor de la moneda estadounidense en detrimento de la divisa comunitaria, ha provocado que para las empresas americanas sea más accesible comprar los productos europeos y “ha permitido que nuestra oferta de soluciones sea más competitiva”, añadió Zarraga. Además, las estimaciones apuntan que las ventas en el exterior de los socios del clúster se eleven hasta los 2.962 millones, también otro crecimiento en torno al 7%, al igual que el año pasado, en términos interanuales.

Por contra, el empleo es uno de los dilemas que afronta el sector tecnológico vasco para estimular su crecimiento. El año pasado fue el noveno consecutivo con aumento en el número de trabajadores empleados por los socios del clúster. Así, las empresas de Gaia contaban al cierre de 2023 con 24.794 profesionales, tras aumentar en 1.181 respecto a 2022. Para este año, la previsión de crecer en 1.239 personas más, lo que supondrá un incremento del 5%.

Sin embargo, la falta de perfiles especializados es una barrera para el crecimiento del sector. A renglón seguido, y tras resaltar que el ejercicio pasado fue el noveno año consecutivo en que las empresas del clúster aumentaron el número de sus profesionales, Zarraga lamentó “la dificultad que experimentan las empresas para cubrir las necesidades profesionales”.

En este sentido, explicó que esa carencia está “especialmente agudizada” en los perfiles de especialización vinculados a las tecnologías “habilitadoras y disruptivas”, que se están reafirmando “como factor limitante” al crecimiento en terrenos como la quántica, la inteligencia artificial generativa, experiencial, la ciberseguridad o las estructuras de datos.

El director general del clúster, Tomás Iriondo, afirmó que “se podrían contratar, ahora, unos 2.000 profesionales si estuvieran accesibles en este momento”. Los salarios para jóvenes recién incorporados en las empresas del sector oscilan entre los 1.300 y 1.900 euros, lo que, en su opinión, “no es un sueldo bajo y va en la línea de valoración del mercado”.