La reunión sobre política monetaria que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) tiene previsto celebrar en junio sigue ganando enteros como fecha clave para que la institución valore la posibilidad de revertir su actual postura con una primera bajada de los tipos de interés, aunque las presiones inflacionistas internas impedirán a la entidad comprometer una senda concreta de ajuste incluso después de acometer la primera rebaja del precio del dinero.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, señaló ayer miércoles que, a pesar de los avances significativos en los tres criterios del marco manejado por la institución –perspectivas de inflación, inflación subyacente y transmisión de la política monetaria–, el BCE aún “no está suficientemente seguro” de que la eurozona esté en una senda sostenible hacia el objetivo de inflación. En este sentido, la dirigente francesa advirtió de que, si bien hace ya tiempo que las tasas de inflación vienen situándose en niveles acordes con las expectativas y las proyecciones apuntan a que la inflación volverá a situarse en el 2% a mediados de 2025, “al mismo tiempo, las presiones inflacionistas internas siguen siendo fuertes”.

De tal modo, Lagarde alertó de que la tasa de variación de los precios de los servicios sigue siendo persistente y oscilando en torno al 4%, tras cobrar cierto impulso en febrero, lo que refleja fundamentalmente el sólido crecimiento de los salarios y las tensiones en el mercado de trabajo, que hasta ahora se ha mostrado resistente a la desaceleración de la economía. En esta coyuntura, Lagarde consideró difícil evaluar si las presiones sobre los precios reflejan simplemente el desfase de la evolución de los salarios y de los precios de los servicios, y el carácter procíclico de la productividad, o si apuntan a presiones inflacionistas aún persistentes. “Aunque hemos logrado avances significativos en los tres criterios, aún no estamos suficientemente seguros de que nos encontremos en una senda sostenible hacia el objetivo de inflación”, dijo.

INDICADORES

En primer lugar, en los próximos meses habrá más datos para confirmar si los salarios están creciendo de manera compatible con que la inflación alcance el objetivo, aunque no será hasta finales de mayo cuando habrá datos sobre el crecimiento de los salarios negociados en el primer trimestre de 2024. En segundo lugar, Lagarde recordó que en junio el BCE contará con nuevas proyecciones macroeconómicas que confirmarán si la senda de inflación prevista en marzo sigue siendo válida. De ser así, el BCE podría así pasar a la “fase de reversión” de la política monetaria. Sin embargo, Lagarde avisó de que, a partir de ese momento, las presiones inflacionistas internas todavía serán visibles, asumiendo una tasa de inflación de los servicios que continuará siendo elevada durante la mayor parte de este año, lo que hará necesario “confirmar de forma continuada” que los nuevos datos respaldan las perspectivas de inflación. “Ello implica que, incluso tras la primera bajada de tipos, no podamos comprometernos de antemano con una senda concreta de tipos”, advirtió Lagarde. Asimismo, subrayó que el marco de política monetaria seguirá siendo importante para calibrar la orientación adecuada.

ESTADOS UNIDOS

FED

SIN CAMBIOS EN LOS TIPOS. La Reserva Federal de Estados Unidos anunció ayer que mantiene los tipos de interés en su rango actual por quinta vez consecutiva y consideró que no es apropiado reducirlos hasta estar seguros de que la inflación se mueve de manera sostenible hacia el objetivo del 2%. “A la hora de considerar cualquier ajuste, el Comité supervisará con cuidado la información entrante y el balance de riesgos”, apuntó el regulador tras mantener los tipos en la horquilla del 5,25% y el 5,5%, su máximo nivel desde 2001.